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La Cultural: un viaje por el mundo de los brunchs sin salir de Vigo
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4 Mayo, 2022
Martina Vicente
Con una carta internacional a partir de productos de calidad y elaboración artesanal, La Cultural es parada obligada para aquellos que quieran disfrutar de un brunch contundente, visualmente apetecible y, lo que prima por encima de todo, muy rico.

La pandemia ha traído consigo cambios en los hábitos de la gente. Uno de los más significativos tiene que ver con el tiempo de ocio en la calle, que se ha vuelto más diurno y relajado. En ese escenario es fácil comprender el éxito que tienen los locales que apuestan por una oferta de desayunos, meriendas o picoteos informales, un escenario en el que La Cultural (Vigo) se ha erigido como uno de los fenómenos de la temporada. Ya despuntaba antes de la covid19, pero tras el confinamiento y las continuas idas y venidas de horarios, aforos y personal, el establecimiento ha madurado, y con él su oferta gastronómica, centrada única y exclusivamente en el brunch.  

“No somos una cafetería, somos un restaurante especializado en brunchs”, proclama Jesús Míguez, su propietario. Y no es cosa menor pues, aunque la decoración del local y su oferta inviten a cierta informalidad, en La Cultural se siguen los cánones de atención y servicio de un restaurante clásico, comenzando por la recepción a los clientes. “Nos gusta recibirlos en la puerta, indicarles en qué mesa pueden sentarse, acompañarlos y recomendarles éste o aquél plato en función de sus gustos o apetencias”, señala Míguez.  

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El local abre de martes a domingo de 9.30 a 17.00 horas -además de una pequeña concesión a las cenas (o brinners) los sábados de 21.00 a 01.00 horas- y ya desde primera hora se puede disfrutar de una oferta amplia y para todo tipo de público, también para recoger y a domicilio (con opciones veganas y sin gluten). “La carta está pensada para que, vengas a la hora que vengas, tengas una oferta adecuada, desde las tortitas de primera hora a las hamburguesas de media mañana o los arroces para mediodía. Siempre vas a encontrar algo que te apetezca”, apunta el propietario, que empezó en hostelería con 24 años y sin formación previa en el sector.  

Jesús Míguez reconoce sin rubor que el modelo de negocio de La Cultural está nítidamente inspirado en casos de éxito a nivel internacional. “Esto es nuevo en Galicia. La idea de La Cultural partió de Portugal, concretamente del Zenith de Oporto, porque, aunque estamos muy cerca, esta oferta aquí no la había”, admite. Y, a partir de ahí, el local ha ido incorporando productos y platos que Míguez conocía de otros locales del mundo. “Principalmente, me fijo en restaurantes de brunch de Europa y Oceanía para traer a Vigo conceptos que me gustan. Si puedo, voy a todos los locales que me parecen interesantes, también para ver a qué nivel estoy, si estamos a la altura o no”, apunta. Tal es el rigor y la profesionalidad de este joven empresario, que traslada a su equipo (desde la cocina a la sala) y que pone a examen cada día.  

En La Cultural, la presentación es sumamente importante, de ahí que se cuide hasta el último detalle del emplatado en volúmenes y colores, aunque la máxima es siempre “que la comida esté buena”. Basta echar un ojo a sus redes sociales para que nuestras papilas gustativas se activen inmediatamente, pero las concesiones estilísticas siempre están sujetas al sabor. “La gente viene porque el aspecto visualmente impresiona -reconoce Míguez- pero es que, además, la comida está muy rica”, presume el joven empresario.  

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El 80% de la oferta de La Cultural es de elaboración propia, y no lo hacen todo por algunas limitaciones del local. El pan, por ejemplo, lo compran al obrador ourensano Aboamigalla “y aunque pudiéramos hacerlo nosotros, quizá se lo seguiría comprando a ellos, porque está buenísimo, aguanta todo lo que le pongas y a la gente le encanta”, reconoce Míguez. Entre las variedades que manejan, un pan de bollo gallego y un pan de molde brioche de gran tamaño y la consistencia perfecta para no desmoronarse con los generosos toppings que los suelen acompañar. Además, tiene el dulzor justo para que combine tanto con salados como con cremas y frutas. 

Precisamente, el pan es uno de los pocos guiños a Galicia de la carta de La Cultural, que apuesta por una oferta internacional fácilmente exportable. Y es que la idea de Jesús Míguez es expandir el negocio y llegar a disponer de una cocina central para distribuir a varios locales. “Está todo pensado, pero tengo que ir poco a poco. De hecho, tengo la mirada puesta en Madrid, aunque no para un futuro inmediato”, avanza.  

Arenal, 40, Santiago de Vigo
36201 Vigo Pontevedra
España

986134275

Carta equilibrada 

La carta de La Cultural busca adecuarse a todo tipo de público, desde el que recala en el establecimiento sin mayor pretensión que tomarse un desayuno algo más elaborado de lo habitual hasta aquél con un paladar más experimentado y curioso. De hecho, el rango de edad de la clientela ha ido creciendo al tiempo que maduraba la propuesta del local. En cualquier caso, se trata de una carta abierta y muy amplia.  

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Los platos son contundentes y, en la mayoría de los casos, se recomiendan para compartir. Los más healthies disponen de una oferta identificada con ese apelativo que se compone de baggels, hummus, pokes, ensalada de burrata y los exclusivos pink eggs (con queso labneh rosado); pero es fácil sucumbir ante la variedad de platos que nos propone La Cultural y que, sin duda, entran por los ojos. “Yo me guío por los impulsos que tengo; veo cosas por ahí que me gustan, investigo, hago pruebas y, si me convencen, las incorporo. Busco inspiración fuera, pero tengo mi propio toque”, detalla Jesús Míguez. Por eso las referencias internacionales son constantes (empezando por los nombres de los platos, prácticamente todos en inglés).  

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Si hay algo de lo que presumen especialmente en La Cultural es de sus tortitas y de los platos con huevos Benedict. “Las tortitas es lo primero que hicimos y les tengo un cariño especial. Siempre estoy pendiente de que salgan como yo quiero. Y los huevos benedictinos… Creo que, en 2019, cuando empezamos, no los hacía nadie. Había que irse a Portugal para poder comerse unos”, apunta Jesús Míguez. De entre las primeras, destacamos las tortitas con crema de pistacho, frambuesa, mochi de pistacho y grosellas; y entre los segundos (de una oferta de cuatro platos), destaca su Muffin Florentine, con espinacas salteadas, huevos, salsa holandesa y parmesano sobre pan de brioche.  

Tartas, gofres, cruasanes (con todo tipo de cremas y toppings) y bowls con yogur, frutas y cereales completan la carta dulce; mientras que en salados encontramos tostadas con serrano, aguacate o salmón con queso labneh y el apartado Strong (para qué andarse con ambages) donde podemos deleitarnos con un Stuffed croissant -cruasán relleno con tortilla, cheddar, beicon y huevo frito-, un Nasi goreng istimewa -arroz frito estilo indonesio con vegetales, pollo y huevo frito- o unos Smokey baos, rellenos con carne de cerdo deshilachada, rúcula, maicitos, salsa ahumada y peta zeta. Y para acompañar, zumos naturales o cold pressed, kombuchas o hasta trece variedades de cafés.  

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