Brasa y Tinto

No solo de brasas vive el hombre 

En su búsqueda por cautivar a todos los comensales, ha creado un concepto en el que cada uno pueda disfrutar de la experiencia a su gusto. Es por ello que Brasa y Tinto no es un restaurante únicamente de brasas, sino más bien un restaurante con platos de muchas influencias. Entre ellos, destaca uno de esos entrantes más aclamado, las empanadillas argentinas con carne picada a cuchillo y doradas a la brasa para conseguir ese toque ahumado. Disputando el pódium también encontramos los pokés o las verduras en tempura.  

Las brasas, que desde el inicio han sido el punto fuerte de este restaurante, siguen estando muy presentes. Chuletón de rubia gallega, chuletón de vaca canaria, lomo alto o chuletillas de cordero son algunas de las propuestas de carne que se pueden encontrar en estos fuegos. Pero no solo de carnes va la cosa, también podemos disfrutar de deliciosos platos de pescado a la brasa. El rey de la carta es, sin duda, el rejo de pulpo a la brasa acompañado de verduras, aunque también podemos degustar el salmón cocido a baja temperatura y terminado en la brasa o el bacalao preparado en estos fuegos que hacen que se realce el sabor del mar. 

El postre de la casa es la estrella de los dulces y se ofrece en dos versiones, con galleta oreo triturada o galleta lotus, ambos con una crema de la propia galleta que lo acompaña y un helado coronando. Dentro de las opciones dulces, también podemos saborear una sugerente tarta de queso artesanal o su ya mítico coulant de chocolate.  

Un sueño hecho realidad, y aún queda… 

Gabriel solía pasar por delante de este local en la Victoria de Acentejo y le decía a su familia “ese local algún día será mío”. No sabe qué, pero en él veía algo especial, podemos decir que fue un flechazo a primera vista.  

No ha sido fácil el proceso: de hecho, ha tardado dos años en desarrollar este proyecto, llenos de mucho trabajo y esfuerzo. Tras formarse en gestión hostelera, se ha dedicado a su negocio, tanto que toda la decoración la ha hecho él mismo, dejando una pared preciosa que tiene más de 100 años con ladrillos a la vista o una mesa grande bajo un lagar convertido en una fuente.   

Pero aquí no acaba la travesía, ya que pronto podremos dejarnos cautivar con su próximo proyecto, ubicado en la parte alta de Brasa y Tinto. Se tratará de un concepto singular, donde podremos desayunar, merendar o simplemente tomar una copa, con un ambiente muy agradable, y cómo no, con la decoración que ya les caracteriza.  

La experiencia es un grado 

Además de ser una persona entusiasta y con ese punto arriesgado propio de todo buen emprendedor, Gabriel es muy consciente de que todo esto no habría sido posible sin su familia, que son también parte del equipo, su mujer Carla y su hijo y tocayo Gabriel, que, además de sus apoyos, son la cocinera y parte del servicio de sala de Un Tinto en la Cueva.