Trenkaclosques hace gala a su nombre (puzle en castellano) y es que deleita a los comensales con una carta innovadora, combinando diferentes piezas que encajan a la perfección: producto local y de cercanía, platos tradicionales, técnicas de elaboración novedosas y tintes internacionales. Pau Alcácer, chef y propietario, tenía junto a su socio, Javier Ruipérez, la idea de dar una vuelta a la cocina que hasta el momento estaba trabajando, más de línea tradicional y estilo mediterráneo. Ahora te hace viajar por la gastronomía internacional a través de una cocina que trabaja la temporalidad, la cercanía y el buen producto. Por ello, proveedores de la zona son los encargados de abastecer principalmente la despensa del restaurante.
Verduras de la huerta de Castellón, pescado de la Lonja... productos todos que hacen que las sugerencias del día sean un must en la carta de este gastrobar. Y es que visitar Trenkaclosques es una escapada que siempre alegra el paladar y el alma y, además, su propuesta sienta bien por ser de las reconfortantemente creativas: ssam de costilla glaseada al bourbon con rabanillos y cebolleta china, canelón XL de pollo a l’ast, bechamel trufada y maíz tostado o el tartar de atún rojo Balfegó con huevos camperos fritos. En cuanto a los postres, destacar la cremosidad de su tarta de queso o el tiramisú de cremaet.
Una cocina que alimenta también con platos que ya son todo un emblema de la casa: ravioli de rabo de toro en su jugo con toque de cacao, gofre de tomate con helado de parmesano y pesto donde se hace una reinvención de la ensalada italiano capresse o las croquetas de gamba y kimchi como excelente snack para comenzar el buen disfrute.
Pau Alcacer se formó es la Escuela de Hostelería y Turismo de Castellón y, tras pasar por varias e importantes cocinas de la provincia, abrió su restaurante en 2020. Ahora, tras años de trabajo y perfeccionamiento en los fogones, es un negocio consolidado. Sin lugar a duda, le pillamos en su mejor momento, y no sólo por su juventud sino también por las ganas y la creatividad que expresa en cada una de sus propuestas. Es un amante de las brasas, muy hábil con el fuego, y el humo. De ahí que podamos probar dentro de su carta la panceta a la brasa con pico de gallo y frutos rojos, el pulpo de roca a la brasa con salmorreta o la ensaladilla con toque ahumado. También merece mención especial su apartado de arroces por encargo. Imposible perderse el de pato, trompeta negra y habitas o el de pulpo y alcachofas.
En Trenkaclosques gran parte del protagonismo del espacio recae en la amplia barra, en la que los clientes tienen un contacto más directo con los cocineros y todo se elabora a la vista. Se rompe así con la monotonía de la mesa y el mantel generándose un ambiente informal y distendido. Un concepto que se aleja de los restaurantes clásicos, pero también de los bares más tradicionales. No obstante, también te ofrece la posibilidad de degustar su carta desde una de sus mesas, aunque sus fieles clientes siempre piden hueco en barra.
Así que ya sabes, si hemos conseguido ponerte los dientes largos y te quedas con ganas de probar su cocina, de miércoles a domingo te espera Pau y su equipo en pleno centro de Castellón.