Atrevida, coqueta y alegre. Así es Pizpireta Café, un local para disfrutones con un interiorismo con el que harás match a primera vista. Está en el centro del municipio grancanario de Telde, el tercero más poblado de Canarias, ubicado a 15 minutos de la capital de la Isla y a diez del aeropuerto.
Te lo encontrarás al lado de la iglesia de San Gregorio, al comienzo de la peatonal comercial de la ciudad. Ocupa una casa construída hace un siglo y medio, que es una de las viviendas más antiguas que se conservan en la zona. La fachada está protegida como Bien de Interés Cultural (BIC) y el interior se renovó totalmente tras el confinamiento. A lo largo de las últimas décadas albergó un cibercafé, una cafetería y pasó diez años cerrada hasta que en 2021 el empresario Salva Gil Galindo, propietario del emblemático Akelarre cocktail bar -a solo dos minutos andando-, y su socio, el arquitecto Eduardo Santana lo pusieron en marcha junto a un amplio equipo de cocina y sala liderado por Alex Santana.
Su cocina, abierta non stop desde el mediodía hasta el cierre, fusiona recetas, ingredientes y técnicas de todo el mundo en una carta cosmopolita y golosa. Si el plan es ir de cañas con amigos no pueden faltar las croquetas, sobre todo las de langostinos, de las que sirven más de mil a la semana (eso mismo pensé yo, porque tanta gente no puede estar equivocada). Llegan a la mesa dentro de una jaula y vuelan antes de que te des cuenta.
Aquí hay mucho street food para chuparse los dedos con tacos, panes bao y su versión de las clásicas papas bravas con alioli de trufa y rematadas en la mesa con yema de huevo a soplete. ¡Son puro umami! Mezcla de salado, dulce y puntito picante que no se puede parar de disfrutar.
Si eres más de mar que de asfalto, el risotto rojo con tres fumets es tu opción. Otro de los recomendados es su lasaña de pasta wonton crujiente con puré de calabaza, ternera a baja temperatura, bechamel de leche de coco y un puñado de queso rallado Pecorino. Entre los postres, el hype se lo lleva la Nube Pizpireta, caída del cielo con suspiros de Moya (dulce local similar al merengue), algodón de azúcar, cremoso de fresa y fresas naturales.
El ticket medio es de 25 euros, sin bebida, y hay una consumición mínima de 20 euros para grupos de más de ocho comensales. Según los propietarios, el perfil de cliente ha variado con el tiempo y si bien la estética del local fue inicialmente un imán para veinteañeros que inundaron las redes de selfies, hoy la gastronomía ha ganado peso. “En navidades tuvimos muchas cenas de empresa y eso nos ayudó para darnos a conocer entre un público más profesional que sale con su familia y amigos a comer rico y disfruta de un local bonito como este”, asegura Salvador Gil.
El fin de semana, el local es punto de encuentro durante todo el día. Y más con el buen tiempo. Los viernes hay mucho tardeo en las diez mesas de la terraza y otras tantas dentro. Los sábados y domingos la Pizpireta madruga para servir desayunos y un suculento brunch con zumos, frutas, yogur, muesli, cesta de bollería casera, tostas y bebidas calientes y frías. La mesa parece un tablero de Pinterest por la cuidada presentación del menú, que se diferencia mucho de la oferta de las cafeterías del entorno.
Salva y Álex son quienes se encargan del día a día del negocio. Ambos son teldenses y reconocen que la mayoría de su público viene de Las Palmas y del sur de la Isla. Para Salva este es un proyecto que le viene “en los genes”. Y es que su abuelo fundó el mítico Bar Tres Hermanos cuando era aún un niño. “Él trabajó toda la vida en esto y a mí siempre me gustó pero muchas veces cuando salía a comer me daba la sensación de que no se hacía del todo bien. Aquí le ponemos mucho cariño para demostrar que es posible hacerlo mejor”, recalca Salva. Ahora solo falta que visites la Pizpireta y lo compruebes.
Pl. de San Gregorio, 16
Telde Las Palmas
España