El barrio barcelonés de la Barceloneta ha sido desde siempre, y sigue siéndolo, una zona de esencia marinera. Por eso todo lo relacionado con el mar impregna la vida del barrio, incluidos muchos de sus establecimientos, especialmente los que llevan anclados en el barrio muchos años.
El restaurante Suquet de l’Almirall resulta un paradigma de la afirmación anterior. Porque ya ha cumplido los 25 años desde su apertura y porque el local en el que está ubicado había albergado, a principios del siglo veinte, las Atarazanas Cardona, donde se construyeron numerosas embarcaciones, entre ellas las réplicas de las tres carabelas de Cristóbal Colón.
Siguiendo con el símil marinero y comparando al restaurante con un barco, podríamos decir que recientemente ha dado un golpe de timón, cambiando el rumbo. No porque el anterior fuera erróneo, el éxito entre sus clientes durante un cuarto de siglo lo confirma, sino porque incluso los barcos que mejor navegan requieren renovación y actualización a los tiempos actuales.
Tras su puesta al día, el Suquet de l’Almirall presenta nuevo aspecto en su interiorismo. El restaurante está dividido en tres espacios: una terraza de aire mediterráneo con mobiliario blanco y azul de estilo menorquino y vistas al paseo y al Port Vell; un comedor principal con mucha luz y elementos marineros sorprendentes, como una pecera artificial obra del artista Enric Sant y una vértebra de ballena que él mismo encontró en una antigua masía del Vallès Oriental y un sótano decorado con fotografías, entrevistas, ilustraciones obsequiadas por algunos clientes como Lou Reed, Jean Paul Gaultier, Pepe Rubianes, Woody Allen, Carme Ruscalleda o Sergi Arola.
Este bonito sótano resulta ideal para pequeñas celebraciones familiares o reuniones de negocios. Dentro de la renovación siempre hay espacio para la innovación. En este caso, con una creación gastronómica, la Paella Catalana.
Quim Marqués, propietario del restaurante y cocinero, explica las razones por las que ha creado este plato: “Tomando como referencia a nuestros vecinos valencianos hemos ideado un plato que aúna la despensa de las tierras costeras y del interior de Catalunya. Una receta impregnada con los aromas del Empordà, de las Terres de l’Ebre, de la Selva, del Berguedà, del Vallès, del Maresme y, por supuesto, de Barcelona, la ciudad que me ha visto crecer como cocinero”.
Para destacar el origen catalán del plato también a la hora de servirlo, se presenta en un plato de Cerámica de la Bisbal, como reconocimiento al esfuerzo y el trabajo que realizan los artesanos y productores Cataluña. ”Además, si el comensal lo desea, puede comérsela con una cuchara de madera, el utensilio más humilde de la cocina popular”, añade Quim.
El amor de Quim Marqués por la cocina tal vez tenga un origen genético, ya que representa la cuarta generación de cocineros en su familia. Miembro de la primera promoción de la Escuela de Hostelería de Barcelona, fue Finalista del Campeonato de España de Cocineros (Bocuse d’Or) y el Campeonato Mundial de Pierre Taittinger y ha trabajado en El Racó d’en Freixa, El Bulli, Casa Fermín de Oviedo, La Cuisine des Anges en Bélgica y los barceloneses Nostromo y Lola. También ha colaborado en revistas gastronómicas y en programas de radio y es autor de varios libros, entre ellos, Cuina marinera. Les millors receptes de peix d’ara i de sempre (Cocina marinera. Las mejores recetas de pescado de ahora y de siempre).
Además de la paella catalana de nueva creación, el resto de la carta también ha sido renovado. Ahora es más informal, más corta y dividida en cuatro apartados. Ensaladas y crujientes, con calamares a la romana con mayonesa de romesco o ensalada griega con langostinos; Cazuelas y Woks, con las deliciosas cigalitas con cebolla al ron o el wok de calamarcitos y verduras; Recién pescados, como las piezas procedentes de la cercana Lonja y preparadas al horno o a la sal o el papillote de lenguado, langostinos y verduras y Arroces y Fideos, como el rossejat de fideos con bogavante o al arroz “brut” y seco.
Antes de decidirse, no está de más observar también la gran pizarra instalada en el comedor con suculentas propuestas aparte de la carta, que acostumbran a incluir cuatro platos y un arroz que cambian en función del producto fresco y de temporada. Otras opciones son el Menú de l’Almirall que se prepara al mediodía de martes a viernes o el Pica-pica Marinero, que se sirve sólo para mesas completas y que incluye, como no, la Paella catalana.
Si comparamos al Suquet de l’Almirall con un hermoso velero recién renovado, podemos afirmar que en su nuevo rumbo los vientos le siguen impulsando con generosidad mientras navega por el delicioso mar de la gastronomía marinera. Hemos charlado con Quim Marqués, quien comparte en primera persona la esencia de su restaurante.
Texto de Anna Tomàs