El pasado 23 de abril Àcid Bar abrió sus puertas. Lo hizo coincidiendo con Sant Jordi, que da nombre de la avenida en la que está situado este nuevo local de estilo industrial e inspirado en los años 90. Para la ocasión, regalaron 234 Àcid Burguer, sus icónicas hamburguesas. Un pistoletazo de salida por todo lo alto para un restaurante que homenajea al bocadillo y lo eleva al máximo nivel. "Àcid Bar es un restaurante de bocadillos. Cada elaboración lleva un pan y un emplatado y le damos un sentido distinto", precisa Max Ros, sumiller y uno de los tres socios del local, junto con Marc Soler, a quien conoció trabajando en el estrellado Dos Palillos y, Jhaysson, quien también tiene experiencia en restauración. "Como venimos de la alta gastronomía, queríamos dignificar el bocadillo y darle un enfoque más gastronómico", añade Ros.
Y lo han conseguido estos tres emprendedores entusiastas de menos de 30 años, con sus deliciosas y sorprendentes propuestas. El nombre del local va acorde a esa filosofía. "Dándole vueltas al nombre y pensando en propuestas muy visuales, que hicieran salivar al verlas, dimos con àcid. La acidez te hace salivar, y de ahí salió Àcid Bar, que a su vez es un nombre provocativo", cuenta el sumiller.
Una hamburguesa 'smash', un gofre de estilo asiático y una cervela renovada
Entrando en materia, la citada Àcid Burguer merece una mención especial. "Es nuestro caballo de batalla, una smash burger de carne curada con cheddar, cebolla y salsa ácida, en pan de brioche", detalla Soler. Incluye una hamburguesa, aunque el comensal puede incorporar más. "Puedes añadir todos los discos que quieras por solo 2,5 euros", añade Soler. La Àcid Burguer cuesta 5,5 euros. Quienes quieran ración doble, pagarán 8 euros y, los más glotones, podrán devorar esta pieza gourmet con 3 hamburguesas por solo 10,50 euros.
De esta delicia pasamos a una creación de lo más transgresora, el Gofre Satay. Como su nombre indica, está elaborado con dos gofres entre los cuales hay una ración generosa de pollo marinado frito y mojado con salsa Satay, originaria de Indonesia. "Incorpora la piel frita aparte para que esté crujiente, y es ideal para hedonistas", continúa el chef.
En clave más tradicional, pero con un toque innovador, preparan la Cervela Chillycrab. La clásica salchicha cervela con queso, una salsa picante de Singapur, cebolla frita, brotes y cebolla china para que quede crujiente. "Es un homenaje al frankfurt de siempre con un sabor muy marcado", tal y como la define Ros. Entre sus creaciones gourmet no falta un bocadillo de pastrami de roast beef, otro de solomillo de cerdo con mostaza japonesa y una hamburguesa vegana con tomates secos, lechuga, cebolla chocada, pepino, queso y salsa barbacoa casera.
Entrantes y postres originales
Además de bocadillos, tienen varias propuestas para picar, como unas crujientes tiras de cerdo con salsa dulce y picante o dos explosivos tacos. Uno está elaborado con cuello de cordero, hierbas frescas y salsa tailandesa nam prik y, el otro, con un toque mexicano, lleva oreja de cerdo frita, pico de piña y salsa verde.
También preparan una berenjena al horno caramelizada con salsa de miso rojo, queso feta, brotes y granada, una arepa de maíz, alitas de pollo y un par de ensaladas, una china y, la otra, una fusión de la cocina gallega y la peruana. Opciones exóticas y sugerentes que conviven en carta con las tradicionales patatas bravas, que también sirven en Àcid Bar, un espacio con cocina a la vista, una zona reservada con mesa para seis personas y una agradable terraza interior. Cierran la carta dos originales postres caseros: unas gyozas de chocolate blanco y yuzu y un lingote a base de avena y cacahuete con ganache de chocolate.
Una propuesta gastronómica de street food de nivel, servida en formato packaging, pero con una vajilla muy cuidada y una elegante cubertería italiana, para comensales que quieren experimentar nuevos sabores y texturas en formato bocadillo. El local también ofrece servicio de take away y delivery y Max, Marc y Jhaysson ultiman una carta de cócteles para disfrutar de las tardes y noches de verano, en un ambiente agradable y distendido.
Fotos: Marta Becerra
Carrer de Sant Jordi, 18
Sant Cugat del Vallès Barcelona
España