La Burgueseria en El Siglo

Seguro que no es la primera vez que oís hablar de una tienda o de un restaurante pop up. Lo que quizás sí que os sorprenderá es encontrar un burguer bar dentro de una librería de libros de segunda mano.

Esta es la nueva idea de los dueños de La Burgueseria, un restaurante de hamburguesas gourmet ubicado en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), que traslada ahora su propuesta gastronómica, en formato reducido y con carácter temporal, a la librería El Siglo, dentro del recinto Mercantic de la misma ciudad.  

Los sábados y domingos al mediodía, y solo hasta finales de abril, ellos se encargaran de hacer funcionar los fogones de esta cocina profesional instalada dentro de la librería. Podréis comer donde os apetezca: en la barra abierta que conecta la cocina con la librería, en una mesa de grandes dimensiones que hay cerca de los fogones o en el salón con aires de club inglés contiguo a la cocina. Importante: no es un restaurante al uso y no hay servicio de sala. Se paga en caja y posteriormente te llevan la hamburguesa a tu mesa. Además, los vasos y los cubiertos son biodegradables y de un solo uso.

Burguer bar, el concepto

En su carta encontraréis una pequeña selección de algunas de las hamburguesas de La Burgueseria, todas ellas elaboradas con carne de buey. Hay clásicos de la casa como la Burguesa, con bacon, queso cheddar y cebolla de Figueres; la Formatges, con cebolla confitada y un combinado de quesos havarti, gruyère y cambozola; o la Sweet Chili, con espinacas frescas, queso de cabra, cebolla crujiente y una mezcla de salsa sweet chili y mahonesa. Para los más pequeños, la Peter Pan es un básico que incluye hamburguesa y queso cheddar.

Las patatas, ese fiel amigo de la hamburguesa, también tienen un papel importante. Son artesanas y, además de fritas o bravas, se pueden pedir en su deliciosa versión provenzal, es decir, acompañadas de láminas de parmesano y perejil. Para cerrar la comida, siempre queda la opción de permitirse un capricho dulce con sus tartas artesanales. Si queréis un café, tendréis que buscarlo fuera, en alguno de los otros locales que hay en Mercantic.

"Queríamos que fuera lo más parecido a un establecimiento de street food, como podría ser un food truck, pero con un pequeña vuelta de tuerca: tiene más comodidades, es más clandestino ya que se ubica dentro de una librería, y nos permite tener más espacio para cocinar y para ofrecer el mejor producto", explica Nacho Nuñez, uno de los tres socios y artífices del proyecto.

Ya sabéis, una propuesta simple pero de gran calidad: hamburguesa, bebida y postre. Y lo mejor, la sensación de comer en un lugar clandestino rodeados de cultura.