La energía y vitalidad de María Espín lo contagia todo. En este espacio abierto y luminoso, entre pistas de pádel y verde al infinito, esta chef mediática e hipercreativa ha encontrado el rincón ideal dónde ofrecer producto de calidad con un toque de alta cocina.
Espín fue chef ejecutiva del Hotel Meliá Barcelona Sky pero muchos la recordarán por su paso por el programa televisivo Top Chef. Allí dejó claro cual es su espíritu: creatividad, iniciativa y ganas de comerse el mundo. Así, no sorprende a nadie que pasara a gestionar el restaurante Brau del Club de Pádel Augusta de Sant Cugat del Vallès, a unos pasos de Barcelona, un local dónde poder “trabajar con el producto que quieres y como quieres”.
“Es como un juguete comparado con un hotel con 400 habitaciones y cuatro cocinas”, explica sonriente Espín, orgullosa de haber formado un equipo junto a Marc Castells, con el que compartió cocina en el Meliá.
El Brau by ME cuenta con tantos espacios como fórmulas ofrece su carta. Un bar más informal a la entrada, un gran salón acogedor y abierto al exterior y una terraza donde uno parece que no puede despegarse del sofá. La decoración cálida y en la línea sobria nórdica que tanto vemos aquí y allá, aquí se combina con detalles que le dan personalidad, como la vajilla Duralex de la abuela de Marc o los tiestos de plantas aromáticas que coronan las mesas.
Y cuando decimos que la carta ofrece mil y una posibilidades, no mentimos. El Brau by ME cuenta con la carta, con un gastrobar más informal y con un menú ejecutivo diario que es todo un lujo, con pescado fresco, carpaccio de ternera ecológica y arroces que también aparecen en carta. Entre los que aprovechan el mediodía para entrenar, el menú deportivo triunfa. Se puede encargar con antelación para que esté listo en cuanto uno sale de la ducha: plato único con bebida y postre, y las propuestas pasan por unos noodles con ternera y verduritas, huevos a baja temperatura con sanfaina, quinoa con pescado y un largo etcétera.
Aquí el producto manda: pescado de lonja, ternera ecológica de Castellterçol y caldos elaborados en casa. Hay que probar las bravas, por originales y espectaculares. Una bomba de sabor que explota en la boca. Y esto es porque vacían previamente la patata, la confitan a baja temperatura y la rellenan con la salsa brava.
Entre los entrantes, destaca también el pulpo -que hierven en cocina- a la brasa con verduras escalibadas y puré de boniato o el carabinero del Delta con alga wakame y reducción de soja.
Entre los platos, uno puede optar por carnes sabrosas y tiernas como el lingote de carrillera a baja temperatura con puré de boniato y café y chips de yuca o los aplaudidos canelones de Maria; o bien por el pescado, con un bacalao confitado con ajo y romero acompañado con sanfaina casera. Los arroces -meloso de setas y parmesano, de pueblo con butifarra negra o el bautizado como “HOUUU YEAAA” con carabineros - son de los platos más aclamados por un público fiel.
Hay que dejar espacio para los postres, caseros y creativos, además de deliciosos. El pan con chocolate y sal, ese clásico reconvertido, que aquí han acompañado con un pan casero de naranja y caviar de aceite, es casi un must, aunque costaría elegir entre este postre y la torrija de pan de brioche con leche merengada, frito, caramelizado y acompañado con helado de canela y crema de café.
Aquí vienen ejecutivos y deportistas entre semana y los fines de semana todo tipo de público que encuentra el rincón perfecto donde relajarse y compartir buena comida y buen ambiente fuera del estrés de la ciudad. María Espín también regenta un cátering por lo que los eventos son otro punto fuerte en este local.
Avinguda de la Guinardera, 11-13
08174 Sant Cugat Barcelona
España