Sin duda, los que conozcan el restaurante Santa Gula de Barcelona confiarán a ciegas en la calidad de su hermano pequeño: Can Gula. Ubicado en el recinto Mercantic de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), un espacio de referencia para los amantes de las antigüedades y de los objetos vintage, el restaurante abrió en febrero de este año y ofrece una cocina informal y honesta, donde prima por encima de todo el producto de máxima calidad.
El local recuerda a un merendero, con una gran terraza que nos recibe y nos invita a tomar un vermut y a hacer unas tapas. De hecho, cuentan con una carta específica para este espacio en la que no faltan los pimientos del Padrón, el queso payoyo con aceite de oliva, los boquerones marinados o sus bravas "gulenses". Tampoco hay que hacerle un feo a su pupurri de conservas, con piparras, mejillones, berberechos y otros clásicos vermuteros, que riegan con un aliño elaborado por ellos mismos. Su lema: "menos brunch y más vermut".
Menú y carta
De lunes a viernes, su menú de mediodía es un motivo más que suficiente para desplazarse hasta Mercantic. "Ofrecemos un menú gastronómico y utilizamos los mismos productos, con la misma calidad, que los de la carta. No queremos romper con nuestra línea", dice Nacho Nuñez, uno de los artífices de Can Gula. Y no miente. La propuesta, cinco primeros y cinco segundos, cambia semanalmente y se puede encontrar desde un hummus de garbanzos con pan de pita, hasta un arroz cremoso con pato, pera y gorgonzola o un tartar de salmón con guacamole. La presentación de los platos, siempre cuidada.
Durante las noches y el fin de semana, el chef Martín Marchese pone en marcha la carta, muy similar a la de su restaurante madre, el Santa Gula, aunque menos marcada por la rotación. "Planteamos una carta fija según la estación pero también hay sugerencias fuera de carta que sí que se basan en el producto de temporada", comenta Nuñez.
Hay entrantes para compartir como los raviolis caseros de setas y gambas o la burrata de Puglia con berenjenas escabechadas en cítricos y tartar de tomate, que ya son seña de identidad de la casa. Tartares de atún rojo o de ternera black angus, arroces y segundos de lujo como el cochinillo de Segovia deshuesado con mango caramelizado o la picanha de Nebraska con parmentier de limón y chimichurri. En otoño, no sería extraño que os sorprendieran con sus canelones de rabo de toro o sus patatas enmascaradas con foie y butifarra negra. Las sugerencias son siempre una apuesta segura.
Más allá del mercado
Todo el local, tanto la terraza como su interior, tiene un marcado estilo vintage: sillas de colores, decoración vegetal que convierte Can Gula en un pequeño oasis de desconexión y mesas de madera elaboradas por los propios artesanos que trabajan en Mercantic, un espacio que se ha modernizado y que ha pasado de ser un lugar de subastas para profesionales a acoger diversos y exitosos mercadillos.
Ir en busca de una lámpara antigua y acabar comiendo en Can Gula puede ser una opción pero os aseguramos que no hace falta buscar excusas decorativas para acercarse a este rincón de Sant Cugat. La propuesta gastronómica de Can Gula genera argumentos por sí sola.
Av. de Rius i Taulet, 120
08173 Sant Cugat Barcelona
España