Cafetería Sauleda

Que Barcelona es uno de los centros de referencia internacionales en cuanto al diseño está fuera de toda duda. Y el mejor lugar para comprobarlo es en el Museu del Disseny de Barcelona, DHUB, situado en un edificio de la plaza de les Glòries de interiorismo creador e innovador. En él, encontramos además otro proyecto que se ha puesto en funcionamiento hace pocos meses, la Cafetería Sauleda.

Las Pastelerías Sauleda, responsables de este espacio, tienen su origen en Sant Pol de Mar, en un establecimiento fundado en 1969 por Salvador Sauleda. Una ilusión basada en el trabajo bien hecho, ofreciendo el mejor producto y buscando siempre la complicidad del cliente. Hoy, el relevo generacional ha continuado la tradición artesanal de este proyecto de la mano del pastelero Xavier Puigvert, aportando nuevas técnicas, buscando la innovación con productos de máxima calidad y adaptándose a las demandas de los nuevos tiempos. Ahora, cuentan con diversas pastelerías, un centro de elaboración de sus productos en Sant Cebrià de Vallalta, servicio de catering y participación en numerosos eventos.

Diseño, tienda y buenas vistas

La cafetería restaurante está construida en un estilo integrado con el resto del edificio. El interior contiene elementos de madera que se contraponen, en un contraste muy interesante, con las ventanas metálicas de la terraza sobre el lago de los Jardins d’Elisava, con una muy buena vista sobre el conjunto del edificio del Disseny DHUB Barcelona.

Un espacio lleno de color, proyectado por el diseñador Marcos Catalán, profesor de la Escola Elisava. Del mobiliario destaca, sin duda, el gran banco en forma de paréntesis con tapicería de kilims de la diseñadora Nani Marquina, pensado para que los visitantes se sientan como si estuvieran sentados en la alfombra de su casa.

El local incluye una parte de tienda en la que se pueden adquirir productos alimenticios de primera calidad del Grupo Sauleda. La barra de la cafetería y la de la tienda se materializan en una gran estantería que recuerda a la fachada del edificio y que muestra los productos a la venta.

Del desayuno a la merienda

Este espacio de cuidadoso diseño es ideal para relajarse tanto durante una pausa en la visita al museo como para acudir especialmente a disfrutar de un almuerzo, aperitivo, comida o merienda. A cualquier hora una oferta gastronómica basada en los productos de proximidad y de calidad y en la cocina mediterránea, desde bocadillos de crujiente chapata y rulls de salmón, pollo o los dos más solicitados, el de roast beef, rúcula mayo-mostaza y parma y el caesar, con pollo, bacón, mezclum y aderezo francés.

Para los amantes del dulce, aquí podrán gozar de un sinfín de tartaletas de varios sabores, bollería casera y pasteles como el de queso, el sacher, el de chocolate, y la mítica Sara de Can Sauleda.

Si alguien es intolerante al gluten, aquí les brindan de lo mejor: carrot cake y brownie para celíacos. Pizzas, coca de recapte, yogures y fruta fresca completan este festín.

Además, de martes a viernes y de 13h a 16h podemos disfrutar de un menú mediodía de lo más completo, con primeros como los spaguetti al pesto de parmesano, judía salteada con setas y tomate cassé o una completa ensalada de sardina ahumada con salsa de calçots y olivada.

De segundos, que también van variando diariamente en función del producto de temporada, encontramos, por ejemplo, la suprema de merluza al ajo quemado y patatas al horno, una auténtica quiche de jamón y queso con brotes verdes o solomillo de cerdo a la mostaza y cebollitas caramelizadas.

Postres de la sección de pastelería o fruta fresca completan este ágape con vistas de altura.