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Tras unos años, se han consolidado como un auténtico establecimiento de barrio, muy frecuentado por los habitantes del Poblenou, de tal modo que próximamente van a ampliar el local.

Antonio, uno de los propietarios, lo tiene muy claro: “seguiremos mimando al cliente desde que llega hasta que se va, manteniendo la familiaridad, la calidad y el tipo de cocina que nos ha permitido llegar hasta aquí”.

Pizzas auténticamente italianas

Una de las claves de su cocina es saber adaptar las recetas italianas a las preferencias locales. Un ejemplo está en las pizzas. Cuentan en Italia que el origen de las mismas se sitúa en Nápoles. La masa de cualquier pizza auténticamente napolitana ha de ser suave (“morbida” en italiano), no tan fina y crujiente como las sicilianas.

Dado que a nosotros, en general, nos gustan crujientes, no han dudado en adoptar el modo siciliano al prepararlas, claro está que sin dejar de lado la única forma de cocinar una pizza auténticamente italiana, el “forno a legna” y empleando ingredientes traídos de su país de origen.

Además, hay que añadir que el pizzaiolo encargado de elaborarlas es también napolitano y con más de treinta años de experiencia. El resultado es una carta de pizzas donde encontramos las “clásicas, pero también otras con preparaciones más sorprendentes aquí pero de procedencia italiana como la carbonara con speck, un jamón italiano ligeramente sazonado, salteado y que se ahúma en frío y cuyo toque salado y ahumado contrasta agradablemente con el huevo y el queso parmesano de la salsa carbonara. 

La delicatta, con queso parmesano no rallado, sino en finas láminas. La porca vacca, mitad calzone y mitad 4 stagioni con huevo. O algunas variaciones sobre la base de la más tradicional de las pizzas, la Margherita, como una combinación que está causando furor en Italia y que resulta ideal para los niños, con patatas fritas.

Pasta fresca de elaboración propia

Además de las pizzas, en la carta encontramos risotti poco habituales como el de salsiccia e funghi (salchicha y setas) o el de gorgonzola e pera, con un armónico contraste entre el sabor del queso y el de la fruta.

O platos de pasta entre los que destacan los de pasta fresca, elaborada de forma artesanal por una cocinera oriunda de Cerdeña que la prepara en cuatro variedades: culurgiones, típicos de su isla natal, tortelloni, mezzelune y gnocchi, que no son de los habituales de patata sino hechos con ricotta.

También platos de carne y de pescado. Y para terminar, postres, tiramisú al café o al limón, calzone de ricotta o de nutella o pannacotta con vainilla y frutos del bosque.

Al mediodía preparan un menú con un primer plato a elegir entre pasta, risotto, crema y ensalada y un segundo a escoger entre tres opciones que siempre incluyen carne y pescado por 10,90 euros.

Además, todas sus pizzas están disponibles para llevárnoslas a casa y saborear allí un trocito de Italia.