Situado en pleno centro de Barcelona, entre las calles de Tallers y Pelai y las plazas Universitat y Catalunya, pocos locales de cualquier tipo pueden presumir de tener un nombre que refleje con tanta exactitud su situación geográfica. El Cèntric Bar fue fundado allá por 1862 y reabierto tras la guerra civil en 1942, con gran éxito entre los artistas que trabajaban en los espectáculos de la zona y frecuentaban tanto el Cèntric, dándole un ambiente muy especial.
Desde entonces, ha sido uno de los establecimientos emblemáticos de la zona que, hace unos dos años, ha sido puesto al día en cuanto a decoración.
Algunas imágenes de aquella época cuelgan hoy de las paredes del nuevo Cèntric.
Los amplios y hermosos ventanales que, en su día, fueron escenario de algunos anuncios y películas tienen una doble función: la de invitarnos a entrar y también la de permitir observar el ambiente de la calle mientras tomamos una caña bien tirada. Al entrar nos encontramos con un local íntimo y acogedor, con la espléndida barra, mesas bajas y sofás de color rojo.
La pausa perfecta entre compras y paseos
Si sumamos la excelente ubicación del Cèntric Bar, la calidad de los platos y tapas que salen de su cocina y el buen ambiente y servicio que imperan en el local, el resultado no es otro que un lugar ideal para hacer una pausa sin alejarnos del objetivo que nos habíamos fijado para el día. Cuando llega el mediodía y ya llevamos toda la mañana de ajetreo por la zona, podemos aparcar por un rato las compras o reposar de los paseos por el Barri Gòtic o las visitas a cualquiera de los cercanos museos para disfrutar de un excelente aperitivo.
Tapas como las excelentes y ya famosas patatas bravas con un alioli suave y un punto atrevido de guindilla, las croquetas, la burrata con tomate, los huevos estrellados con jamón o con chanquetes, la ensaladilla rusa casera con gambas, las alcachofas fritas o las berenjenas con miel sientan de maravilla acompañadas de una buena cerveza y hacen que recuperemos fuerzas para proseguir con nuestros planes.
También gran ambiente por la tarde y noche
Por la tarde, a la hora del -de nuevo en boga- afterwork, el Cèntric es también un buen lugar de reunión tras el trabajo. La fama de local muy cervecero atrae a bastantes vecinos y trabajadores de los comercios cercanos y también a algunos turistas que pasan por allí y se sienten atraídos por su encanto. Es la hora de relajarse picando algo y, tal vez, de animarnos a acudir a alguna actividad cultural por la zona.
O quizás prolongar la charla hasta la hora de cenar, optando en esta ocasión por los sabrosos platillos como el revuelto de setas con butifarra, el pulpo con patata rota, los calamares a la plancha con alubias de Sant Pau y espárragos verdes, el tartar de salmón, las gambas al ajillo, los choricitos del Bierzo, o el fantástico “bocata de calamares” con pan de tinta de sepia, calamares a la andaluza y mayonesa de lima.Y para finalizar, a la salida de cualquier espectáculo cercano, el Cèntric es un lugar ideal para tomar unas copas charlando y escuchando la buena música de fondo.