Para entender la esencia del Delish Factory es conveniente conocer un poco la historia de Luis Arocha y Anaëlle Hamon. Cocinero venezolano y responsable de sala francesa, son una pareja formada en el Caribe (Trinidad y Tobago). Un Cupido mestizo tiene la culpa de que exista esta sorprendente y delicada joyita gastronómica en Mataró. Han recorrido medio planeta en modo esponja, aprendiendo y asimilando ingredientes, técnicas y cocinas. Luis tiene el currículum abultado formando parte de tripulaciones con estrella Michelin, y lleva tatuada en la mirada una persistente insistencia en ofrecer cocina creativa, técnicamente bien ejecutada a un precio rasante.
Anaëlle se curtió en Londes (también en salas estrelladas) y su toque se nota en el servicio detallista -las explicaciones sobre los platos son profusas si muestras el mínimo interés- y en la creación de un ambiente que sabe ser cálido incluso desde una estética dominada por la combinación blanco-negro, rozando lo industrial. Y aún digo más, haciendo olvidar que el restaurante se encuentra en el patio interior de un centro comercial, un pequeño handicap a la hora de crear atmósfera que se quedó en la puerta, olvidado.
Espacio para coctelería , terraza generosa y mención extra para la separación entre mesas en la sala del fondo del local, toda una declaración de intenciones sobre cómo provocar comodidad y confort a cascoporro. Bravo.
Cocina internacional, fina y de sabores equilibrados. Formato sandwich (olvide el pan de molde insulso, hablamos de largas focaccias tostadas, hermosos panecillos crujientes,... buen pan ) con gran número de ingredientes harmónicos. No hay extravagancias, sí creatividad. No hay estridencias, es una cocina redonda y compleja.
Tartar de atún
Picado a mano al tamaño justo en que aún se advierte la tersura de la fibra pero el bocado es fundente y amable. Se sirve acompañado por un fino puré de patata emulsionado. Aderezado con brotes de sisho morado (ligeramente parecidos al comino en el paladar, pero con un toque muy refrescante) y láminas de jengibre confitado que aportan un toque dulce. El crujiente (a Luis le gusta jugar con todas las texturas, se nota en el conjunto de los platos) lo ponen las láminas de arroz inflado.
Causa limeña frita
Brillante idea ejecutada con técnica perfección. El formato 'bomba de la Barceloneta' aplicado a esta preparación típica de Perú con orígenes precolombinos. Se basa en un puré de patata condimentado con salsa ácida y picante que contiene ají amarillo. En este caso en lugar de fría y con carne blanca la sirven en forma de esfera de puré bien crujiente por fuera y con corazón de carne picada de ternera. El conjunto es suave, muy ligeramente ácido, crujiente y divertido. Una esfera de felicidad.
Tartar de Solomillo
El plato más brillante de la cena, puro umami (denominado el quinto sabor, se percibe como una sensación de plenitud y saciedad palatal). La carne muy menudamente picada se condimenta con chalota y tomate seco, se le da forma de lingote y se deposita sobre un espectacularmente delicada patata paja. Quizá todo el conjunto sea un poco alto para introducirlo cómodamente en la boca, un precio menor para tanta suculencia.
En todo caso sugerimos al chef que denomine patata cabello de ángel a esta patata, así de fina y delicada nos resulta.
Como acompañantes encontramos una interesante mayonesa de mostaza violeta (astringente), brotes de mostaza (aromáticos) y una fantástica mostaza a la antigua hecha en el mismo restaurante. Son las pequeñas perlas encurtidas que se aprecian en la foto, junto a los huevos de codorniz.
Pulled pork
Esta preparación anglosajona se basa en un cocinado de carne de cerdo a baja temperatura que se prolonga por muchas horas. Logrando así que su textura sea puro amor de mordisco. Luis lo prepara con carrilleras, que muy acertadamente empareda con mayonesa de chipotle (ligeramente picante), mayonesa de ajo asado (queda así muy dulcificado y goloso) y el punto agridulce de la piña asada. Un conjunto sabrosón mucho más interesante que el canónico matrimonio con la salsa barbacoa.
Lemon Pie
Postres gastronómicos, con mucho juego de texturas y sabores. Este lemon pie contiene jengibre en su merengue (horneado fino y roto con las manos), un cumbre de coco y una crema de limón a la que se añade citronela y chocolate blanco para un extra de golosidad. Muy interesante la aportación de la micromostaza, muy poco habitual en los postres y que aporta un aroma sorprendente y harmónico. Gran detalle el polvo de limón 'quemado' y la piel confitada de ídem cortada en finísima juliana. Una vez más, se nota que la culinaria de Luis acumula detalle sobre detalle.
camino
Camí Ral La Mercè, 19
08301 Mataró Barcelona
España