Fresc. MNAC

Si uno quiere disfrutar de una de las mejores vistas sobre la ciudad de Barcelona debe subir a Montjuïc. Pero si además se puede disfrutar de una experiencia gastronómica apetecible e informal sin renunciar a la calidad, podríamos afirmar que más de uno se afincará en este nuevo espacio.

Se trata de Fresc, la vermutería ubicada justo enfrente del palacio de Montjuïc, sede del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). En un espacio diáfano y relajado, la desconexión está asegurada. Porque no cada día se puede divisar toda Barcelona a tus pies.

El grupo gastronómico Singularis, bajo el asesoramiento de los hermanos Iglesias, gestiona esta cafetería y bar del MNAC desde el pasado octubre. Ahora, ofrece vermús y tapas para compartir en una de las terrazas más codiciadas de la ciudad.

Una caña recién tirada se convierte en el mejor aliado para degustar las conservas Espinaler, en alguno de los menús de aperitivo mañanero que proponen en Fresc. Navajas, zamburiñas, berberechos, mejillones en escabeche o las clásicas sardinas en aceite de oliva, 100% combinables con las tapas elaboradas y sabrosas.

Un atractivo hummus con crudités de temporada, guacamole con nachos, tortilla de patatas, una refrescante ensaladilla rusa o unos dados de queso manchego en aceite de romero, son algunas de sus propuestas para picotear.

Se puede optar por tomar una copiosa ensalada o bien por un bocadillo recién horneado con jamón ibérico. En el apartado dulce: helados delicatesen de la firma Sandro Desii o repostería del día.

Ya sea en mesas altas informales, en mesas convencionales o bien en sofás chill out, lo que está garantizado en Fresc es un ambiente único y unas vistas que cautivan. Y, por cierto, su nombre se debe a los frescos románicos que albergan las salas del MNAC, considerada la colección más relevante de Europa de la época.

Precisamente, durante estos tiempos de prevención de la pandemia del Covid-19, el MNAC ofrece un 2 x 1 en sus entradas. Un atractivo más para acercarse hasta la montaña mágica.