Más de 40 años avalan la trayectoria de este restaurante que abrió las puertas por primera vez en 1978, en la barriada de Cerrado de Calderón de la mano de dos hermanos procedentes de Riogordo. La familia decidió dejar el entorno rural por la ciudad y probar fortuna en el sector de la hostelería. Esta aventura tuvo una primera etapa de 25 años en los que fueron referentes entre los restaurantes dedicados al pescado y al marisco. Más tarde, recalaron en Mijas y Fuengirola con un establecimiento de eventos y celebraciones y, en 2015, la familia Alba decidió establecerse en el barrio El Palo, desde donde Manuel, Juan, Remedios y Ana han hecho que su cocina de producto sea sinónimo de visita obligatoria para los amantes de los pescados y los mariscos.
Hermanos Alba trabaja una cocina mediterránea tradicional, basada en los productos del mar. Pescados, mariscos, arroces, algunas carnes y también platos más actuales e internacionales como los crudos conforman una carta muy completa en cantidad y variedad de especialidades. Esta casa compra su materia prima en las lonjas de Caleta de Vélez, Fuengirola, Motril, Conil y Barbate. La calidad y la frescura del producto son su máxima prioridad, dando siempre un lugar destacado a todos los que procedan de las costas malagueñas.
Su carta es extensa y para comenzar a abrir boca se pueden pedir desde unos boquerones en vinagre o un “matrimonio” hasta pulpo a la gallega o unos embutidos ibéricos. Por supuesto, no faltan las ensaladas frescas, algunas muy malagueñas como la pipirrana de pulpo y otras más tradicionales como la de pimientos asados o un gazpacho fresco en temporada.
Casi una veintena de especialidades en mariscos hacen de este restaurante uno de los templos del mar en Málaga: ostras, búsanos, bolos, cigalas, conchas finas, mejillones, coquinas o almejas, entre otros platos. En la parte de pescados especiales se puede elegir entre lubina, dorada, voraz, pargo, o urta para comerlo a la sal, a la espalda, asado o a la marinera.
Por supuesto, el pescado frito y a la plancha es la estrella de la carta, ofreciendo especialidades que no son tan habituales de encontrar en otros restaurantes como los taquitos de pez espada, la araña o las gambas blancas fritas.
Merece también mención especial el apartado de arroces y sopas marineras, donde hay opciones para todos los gustos, desde una paella de mariscos y una fideuá, hasta una sopa Viña AB, una sopa de marisco o un arroz caldoso con bogavante. A todo esto se suma una extensa carta de sugerencias del día, según mercado, en la que siempre ofrecen entre 20 y 25 platos.
Nuestro recorrido gastronómico por la carta de Hermanos Alba comenzó con un tartar de atún de almadraba acompañado de mayonesa de kimchi. Continuamos con unas conchas finas al natural y unas gambas blancas de Fuengirola. Después pasamos a los platos calientes con unos calamarcitos fritos y un salmonete confitado en aceite de oliva virgen extra. Para acabar, la famosa tarta de queso de la casa. El almuerzo fue una sucesión de platos frescos con excelente género, y es que ellos mismos lo dicen en su carta a modo de declaración de intenciones: “La sencillez solo tiene un secreto, mucho amor y vocación de servicio”. Y esto justo es lo que ofrece Hermanos Alba: sencillez, vocación, buen servicio, materia prima de primera y mucho cariño a la hora de tratar a sus clientes.