La cave es una vinoteca y restaurante que se estableció en Sarrià hace 10 años, con el claro objetivo de convertirse en un local de referencia para los gourmets de Barcelona. Sus propietarios, Natalia Rabarté e Iván Santacruz atienden con un estilo próximo y familiar, sin que esta afabilidad reste un ápice a su deferencia y profesionalidad, tanto si es para comprar un buen vino como para disfrutar de su restaurante.
El local está dotado de dos espacios contrapuestos pero complementarios, de modo que resulta ideal para cualquier reunión particular o para eventos de empresa. La parte superior es de estilo neobarroco, lámpara de araña, espejo con marco tallado, molduras en las puertas… Mientras que la planta baja, con un diseño basado en el hierro y el cemento, nos recuerda a los restaurantes hot spots del Meatpacking District de Nueva York.
La carta no es muy extensa pero sí muy variada. Los entrantes permiten elegir delicatessen como dados de salmón salvaje ahumado, surtidos de ibéricos, de quesos nacionales o franceses, tacos de atún marinados con soja, jengibre y sésamo, entre otros. Las ensaladas son muy generosas y suculentas, como la que lleva el nombre del local, a base de jamón, ventresca, puntas de espárrago y tomates semi-dried. Entre los pescados, pulpitos encebollados, sepia con alcachofas o bacalao a la llauna.
Respecto a la carne, hay que resaltar que procede de una granja de Palau de Santa Eulàlia y es 100% biológica, destacando de manera especial la preparación a “la piedra”, ya sea de solomillo de buey o de magret de pato. En ambos casos se sirve con tres sales distintas, cada una de las cuales aporta un matiz diferente a la carne, además de salsa chimichurri y un puré de patata especial, elaborado personalmente por Natalia, que hace las delicias de los comensales.
Los amantes del vino pueden hallar en la cave una muy cuidada selección de las mejores referencias. Su sommelier, Óscar Liarte, aconseja con muy buen criterio entre más de 300 referencias, un 80% de las cuales proceden de España y Cataluña. Es de resaltar que los clientes que acuden al establecimiento a comer, pueden elegir cualquier vino de la bodega, pagando únicamente un suplemento por el descorche. Además ofrecen unos 15 vinos distintos a copas, lo que permite probar dos o tres vinos durante una comida.
Para la sobremesa disponen de una larga lista de whiskys, licores y los tan de moda gin tonics. Por si todo lo anterior fuera poco, los fines de semana se puede disfrutar de un buen vermut en su terraza, a base de anchoas, boquerones, una buena cerveza y aprovechar la ocasión para elegir un par de botellas de vino que acompañen la comida en casa.