Los chiringuitos de playa están de moda. Algunos dirán, y con razón, que nunca habían dejado de estarlo. La novedad tal vez es que cocineros de cierto renombre hayan querido recuperar este formato y darles nuevos aires. El pionero fue sin duda Joan Escribà con su Xiringuito cuando se instaló en los años 90 en la playa del Bogatell, pero llegaron otros como recientemente el Barracuda de Castelldefels de Guido Weinberg y Xavier Pellicer o La Guingueta de la Barceloneta de la mano de Carles Abellán.
Parece que la cocina marinera se degusta mejor al lado del mar. Esto de toda la vida y sin necesidad de transmitirte a través de un Ipod los sonidos de las olas en los oídos para supuestamente reforzar el sabor de una ostra.
Y es que tiene algo especial comer en la playa. Es lo que pensaron Santi Hoyos (propietario del simpático Bar Ángel y del Mudanzas del Borne), Joan Carles Ninou del ínclito Xampanyet y José Manuel Varela (grupo Varela y socio de Joan Carles en La Bodega Puntual, otro bar de tapeo cañí adyacente al Xampanyet cuando decidieron abrir L'Estupendu.
Se empeñaron, a pesar de todas las dificultades imaginables, en recuperar unos antiguos baños de la playa de la Estación de Badalona (que languidecían en forma de “restaurante” bajo el nombre de La Palmera), de limpiar la casa, de pintarla de blanco y azul (colores que sugieren señales de frescor marinera a nuestro imaginario) y de acondicionar una auténticas instalaciones de cocina.
La propuesta culinaria es atractiva, a pesar de moverse evidentemente en el estilo esperado. Mejillones al natural con su toque de aroma de brasa. Muchos de los platos se elaboran al Josper.
Cremosas y sabrosas las croquetas, tanto la de choco (inspiradas en las de Las Rejas de Bolonia) , en la cual echo de menos unos pequeños tropezones de sepia, como la de jamón ibérico.
Espléndidos los calamares fritos con mayonesa y romesco, un plato que siempre triunfa y está entre los más demandados.
El cocinero de L'Estupendu, José David Turón, es de Les Terres del Ebre y domina en consecuencia los arroces. Solo hace falta ver este caldoso de sepia y galeras, para no dejar ni un grano.
Me gustó mucho también la fideuà de marisco (16,50 € por persona). De hecho unos buenos fideos a la cazuela como los que hubiera podido cocinar tu propia madre. El mejor de los cumplidos.
De postre, me decanté por un brownie tradicional que acompañan con un siempre agradable helado de vainilla. Un contraste exquisito para terminar la experiencia gastronómica.
Juan Manuel Varela y Santi Hoyos me expresan sus firmes intenciones de hacerlo bien. El público ya responde. Un viernes al mediodía de otoño, eso sí, con un sol espléndido, la terraza estaba llena. No quiero ni imaginar lo que será cuando venga la primavera...
A tres metros de la arena…"¡Estupendu!”
Carrer d'Eduard Maristany, 75
08912 Badalona Barcelona
España