A pesar de su, relativamente, corta historia –el Mentidero se fundó en el año 2004–, esta taberna granadina está llena de historia gracias a la figura de “Chico” Fernández. Imprescindible e inquieto personaje, de esos que se apuntan a un bombardeo, pero no a uno cualquiera. Chico, además de viajar por medio mundo, ha estado presente en los inicios de Sotogrande, en la organización de los campeonatos del mundo de esquí de Sierra Nevada, en el mundial de bicicleta de montaña o incluso en el Paris Dakar, y todo este bagaje se refleja, verdaderamente, en el Mentidero.
Sin una herencia o legado que respetar, “Chico” Fernández ha creado la taberna a su imagen y semejanza con una filosofía muy clara, la cocina es lo más importante, pero que además sirva de vehículo para compartir y disfrutar de un buen rato entre amigos. Y los platos que más triunfan en su carta también hablan en este sentido, como las alcachofas con foie, una receta en la que es obligatorio, e inevitable, “hacer barquitos” y mojar pan.
Ya que nos metemos en cocina, es paradigmático el caso de “Chico”, que aunque no es cocinero, tiene muy claro cómo deben hacerse las cosas en su casa. Lo primero en El Mentidero es la calidad, tanto en la materia prima, que siempre será natural, escogida y nada de productos ya preparados, como en la elaboración, en donde prima el fuego lento y el cariño. La humildad y las ganas de aprender y mejorar siempre son otras características que hacen de esta taberna un clásico de la escena gastronómica andaluza desde que se fundó.
La visión culinaria que se respira en El Mentidero podría responder a la socorrida etiqueta de cocina mediterránea andaluza, pero este concepto estaría incompleto si no metemos en la definición la perspectiva que “Chico” Fernández, y todas sus vivencias, aportan. El flamenquín, las habitas con jamón o el excelente “codillo berlinés” no son casualidad, ¿adivinas qué ciudad alemana conoce bien nuestro protagonista?
Y lo mismo ocurre con otro plato, como los huevos rotos, que ya hacían furor en Sierra Nevada hace muchos años, y Chico los incorporó a su recetario, pero siempre con su toque personal para mejorarlos, que en eso es todo un experto. Con el tema de la tapa, El Mentidero sigue apostando por la Calidad, más que por la cantidad, y la ve como una elegante y sutil invitación a seguir probando su cocina.
El público es variopinto. Desde turistas alertados por fiables guías, a profesionales que conocen los suculentos guisos y platos de cuchara de esta casa y la eligen para su menú diario, a grupos de amigo que sólo buscan disfrutar alrededor de una mesa, y amigos de la casa que tienen en El Mentidero un local de referencia. Además, no son pocos los personajes más o menos populares que frecuentan el lugar. No sólo granadinos, Carlos Herrera, por ejemplo, es un incondicional de El Mentidero, y no duda en recomendarlo, y visitarlo, cada vez que pasa por Granada.
El concepto de El Mentidero está en constante evolución, entre otras cosas por la presencia de los dos hijos de “Chico” en la gestión. Dignos hijos de su padre, son pura simpatía y saben bien hacia dónde va el negocio, que ya han ampliado con otros dos “Mentideros”, Forum y centro comercial Serrallo que, adaptándose a su ubicación, mantienen la esencia.
Una taberna auténtica, pero moderna, con una cocina impecable y un fenomenal ambiente, informal y cercano, pero muy profesional, en el que te sientes como en tu propia casa… eso es El Mentidero, una taberna, con mucha verdad, para compartir.
Texto de José Cabello, director de SobreGustos Comunicación
Piedra Santa, 15
Granada Granada
España