Todo un cambio, lo llamaría yo. Un renacer de lo que fue un mítico restaurante costero de Castelldefels, una nueva experiencia donde siempre hubo una, aunque en aquel entonces fuera muy diferente. La experiencia del nuevo restaurante Péndulo empieza en el muro de piedra que da la bienvenida desde la calle peatonal, abarrotada de bares y restaurantes, una de las zonas principales de la noche costera de la ciudad.
No obstante, sus maravillas no se quedan en su fachada, localización e historia. La luz cálida y tenue de la entrada, su mobiliario y decoración demuestran -si aún no estaba claro- que el Péndulo de ahora es otra cosa muy distinta a lo que era antes de su rebranding. Las estancias del interior, diferenciadas en plantas y zonas diversas con decoraciones tropicales y luces cálidas, contrastan fuertemente con iluminación natural de la terraza y la maravillosa vista a un Mediterráneo que saluda a lo lejos cruzando una pasarela de maderas.
Si el Péndulo fue en su época un lugar de referencia en Castelldefels, ahora es, sin duda, un restaurante con encanto, calidad en sus platos y una cocina que demuestra que se puede mantener la esencia de lo que es un lugar a pie de playa huyendo de los chiringuitos tradicionales de fritura.
Saboreando el mar
En la sencillez está siempre la clave, o al menos a mi parecer. Iniciamos nuestra degustación con la berenjena asada de Péndulo, un plato sencillo y delicioso con unos piñones tostados que acompañan y mejoran significativamente la experiencia. El tomate cherry confitado explota con todo el sabor de su jugo en la boca, la única nota disonante en todo el dulzor del plato es un maravilloso queso de cabra que lo hace redondo.
Tras esto, el chef de Péndulo decide traernos el calamar nacional a la andaluza. Muchas veces, hay que confiar en el buen hacer de una cocina. En este restaurante lo hacen, además de bien, servido con un alioli de yuzu cremoso y casero y un rebozado crocante por fuera y jugosísimo por dentro.
En el apartado de carnes nos deleitan con un steak tartar servido en su propio tuétano a la brasa, una reinterpretación de un delicioso plato de autor que cada vez se está poniendo más de moda, servido en mesa aderezado al gusto del cliente, con el picante exacto y un saborazo impresionante. Además -por si esto fuera poco- nos ofrecen también su brioche de rabo de toro con mayonesa trufada y cebolla roja encurtida, un plato con un dulzor espectacular y la untuosidad de un rabo de toro cocinado en un espacio donde se le da cabida al plato de cuchara.
Por último, la joya de la corona. Sin dudarlo para mí es un acierto en cualquier sitio costero pedir en carta el pescado del día, y es que en Péndulo sirven un cabracho completo frito acompañado de salsa tártara que nadie debería perderse. Desde la jugosidad de su carne, el sazón y rebozado ideales y la calidad del producto de primera, este pescado es sin duda el plato estrella del lugar.
En los postres nos deleitan con una piña baby rellena de crema inglesa quemada, algo que transporta por segundos en boca a estar comiendo una crema catalana con un ligero toque tropical y refrescante que impacta y cambia por completo un plato tan tradicional de nuestra gastronomía; seguido de una ensaimada flambeada acompañada de helado de canela y ron, un postre diferente para los amantes del sabor bucanero y un dulce muy nuestro.
Un nuevo lugar, donde siempre hubo uno
En definitiva, Péndulo no es simplemente un restaurante costero más en Castelldefels, sino una experiencia culinaria que se distingue por su reinvención y su apuesta por la calidad. Desde su cuidada decoración hasta la selección de platos que homenajean tanto a la tradición mediterránea como a la innovación gastronómica, cada visita a este lugar es un recordatorio de lo que puede lograrse cuando se combina el respeto por la esencia de un espacio con la valentía de adaptarlo a los tiempos modernos.
La cocina del nuevo Péndulo no solo satisface el paladar, sino que lo sorprende, logrando que cada bocado sea un viaje, bien a través del dulzor de una berenjena asada o la frescura de un pescado del día perfectamente cocinado. Este restaurante ha sabido tomar lo mejor de su pasado y proyectarlo hacia el futuro. Péndulo es, sin duda, un renacer que mantiene vivo el espíritu de la costa catalana, ofreciendo un lugar donde el sabor, la vista y la historia se entrelazan para crear un ambiente único y memorable.
- Fotografía: Mario García.