Aquí, el chef ejecutivo, Andrés Romero, sigue la misma filosofía que tanto gusta en la bodega, que no es otra que la de llevar a la mesa los productos de su propia huerta y una buena dosis de tradición, más actualizada en el caso de Tercer Acto.
El restaurante es un espacio sofisticado que recuerda a un teatro, incluso han tenido en cuenta esos detalles a la hora de diseñar la vajilla. Se trata de un juego continuo donde los guiños son constantes. La carta, por ejemplo, está dividida en prólogo, actos y epílogo, emulando a una gran obra de teatro. El jazz, el pop-rock y las bandas sonoras de algunas obras de teatro ponen la guinda al espacio para pasar una velada tranquila y con mucho sabor.
En nuestra visita pudimos probar una gran variedad de platos de la carta, entre ellas la ensalada de bulgur con frutos secos, berenjenas asadas a la llama y mousse de yogur de cabra. Un plato en el que hay toques cítricos y que, además, lleva soja texturizada.
Las croquetas son uno de sus clásicos y están elaboradas con jamón de bellota y pollo al ajillo, además de llevar salsa romescu. No pudimos pasar por alto tampoco el foie mi cuit con gel de cereza negra acompañado de pan de frutas, nueces y pasas. Dentro del ‘Prólogo’ de Tercer Acto también podemos disfrutar de un steak tartar al que le acompañan unas esferas de aceituna calamata y queso de cabra. Además de todos estos platos, hay otros entrantes que no se deben pasar por alto, como es el caso del guiso de pata, morro con hierbabuena y huevo frito con puntilla, o el pulpo braseado con mojo de acelgas, nori crujiente y huevas de trucha.
Cuando pasamos al primer acto, o la parte de sushi, encontramos una selección de futomakis y uramakis muy elaborados, además de unos langostinos crujientes con mayonesa de kimuchi o un tartar de lomo negro de atún y ventresca.
El segundo acto son las carnes. Aquí hicimos también una parada para probar el canelón de ropa vieja y velouté trufada. Se trata de una interpretación del puchero tradicional donde vas a encontrar los sabores de la zanahoria escabechada y el mousse de garbanzo. También es aconsejable probar el cañón de espaldilla, elaborado con caldo corto de ternera y puré de hígado de pato.
Para el tercer acto, los pescados, entre los que se puede elegir salmón cocinado a 43 ºC, lubina salvaje con crujiente cítrico de sésamo o atún rojo en escabeche cítrico. En cuanto a los postres, entran en el epílogo. Uno de los más originales es el mousse de payoyo, membrillo y helado de tomillo o el sorbete de mango, especias y yogur.
Con todo este desfile de sabores no es de extrañar que los fines de semana sea necesario hacer reserva antes de ir a comer o cenar. Tercer acto ofrece dos turnos de cena y tiene cocina non stop durante los fines de semana.
Y ahora, si quieres, que comience el espectáculo… ¡gastronómico!
Calle Córdoba, 13
Málaga Málaga
España