Hace seis años, el chef Víctor Ferrer transformó el antiguo colmado de sus tíos, en la calle Girona de la Ciudad Condal, en un bar de tapas de alto nivel. El éxito le ha acompañado y la clientela se ha fidelizado. El local se quedaba pequeño y la tienda de maniquís -de casi 300 metros cuadrados- que había al lado cerraba. Era el momento de dar un paso adelante. Pero Víctor, "un enamorado del Betlem tal y como es", según nos dice, no quiso romper con su esencia y apostó por arrancar un proyecto completamente diferente.
Así nace Bicnic, abierto hace poco más de dos meses, un restaurante que alberga dos propuestas, una fast y una slow. "Dos declinaciones, una más rápida y otra más lenta del mismo producto", comenta Ferrer. El proyecto se inspira en el food truck -también denominado Bicnic- que Ferrer y su socio pusieron en marcha hace unos años y que ha recorrido algunos de los markets y eventos más destacados de la ciudad. Y decimos "se inspira" porque la propuesta gastronómica del restaurante es mucho más ambiciosa.
Carrer de Girona, 68
08009 Barcelona Barcelona
España