Boga Tasca

La sala de Boga Tasca en Oropesa del Mar (Castellón) está presidida por una pared de pizarra donde se puede ver el mapa de la provincia y de dónde proviene la despensa de este local genuino, ubicado en pleno Puerto Deportivo de la ciudad. Toda una declaración de intenciones que, sin lugar a dudas, es presagio de todo lo bueno que está por venir cuando te sientas en una de sus mesas. Allí se trabaja con agricultores, productores y lonjas de la zona: Queso de Los Corrales, Cooperativa de Viver, Lonja del Grao de Castellón, Bodega Flors, Huerto de Julia y Agustín, la miel de Mos de Bresca, Carnicería Teresa… Y es que en Tasca Boga el producto, el buen producto de Km 0, es su carta de presentación. Si a todo esto, que no es poco, le sumas las brasas, alimentadas con ramas de olivo, el resultado no puede ser más espectacular.

Los responsables de esta propuesta, a día de hoy referente gastronómico en la zona, son Adriana Urdanoz y Miguel Ejarque. Él, de Benicàssim, estudió en la Basque Culinary Center y allí se enamoró de la gastronomía y la cultura del País Vasco. A pesar de que Adriana es vasca, se conocieron en Barcelona y juntos se marcharon a Holanda. Durante un tiempo llevaron el restaurante de un pequeño hotel y fue entonces cuando decidieron unir su proyecto de vida y profesional dando vida a Boga Tasca. Y lo hicieron como valientes, en plena pandemia.  

Prometido, hacía mucho tiempo que no degustábamos delicias tan puras, donde el producto, sin artificios ni disfraces, sólo sabe a lo que es. Las brasas aportan a la propuesta ese toque diferenciador de la cocina con mimo y a fuego lento. Su tasca es, como a ellos les gusta decir, una vuelta a los orígenes donde los proveedores son siempre los protagonistas del discurso. Se fusiona así el producto de la zona con la técnica gastronómica vasca. ¡Ahí es nada!  

No trabajan con carta, sino con pizarra diaria. La mejor manera de adaptarse a la temporalidad. Cada día se elaboran 10 propuestas diferentes y una línea de parrilla. El día que les visitamos pudimos probar el boquerón marinado con olivada casera; espárragos blancos, cabezada, encurtidos y su mayonesa; mero curado con calabacín y stracciatella; un delicioso mero a la parrilla y, como colofón, una deliciosa torrija con helado casero de avellana. Porque aquí todo se hace sin artificios, respetando el sabor por encima de todo, porque cuando algo es bueno no hace falta enmascararlo. Y si hay que acompañar el producto con alguna elaboración, esta siempre es casera y se elabora desde cero. De hecho, preparan incluso sus propios encurtidos, salsas y vinagres.  

Y si la propuesta ya es única y sorprendente, el espacio no lo es menos. Nos recuerda a una antigua alquería, con su huerto, su luz y días que nunca acaban. Ingredientes perfectos para hacerte sentir que estás en casa. Su calendario de eventos tampoco deja indiferente: maridajes de territorio, almuerzos guateques o mercado de productores.  

Porque haciendo gala al significado de Boga, su objetivo no es otro que revalorizar las pequeñas cosas y remar.