Bollullo Beach

Salida 32 de la autopista del norte de Tenerife en dirección al Puerto de la Cruz. Carretera abajo hasta el desvío a la izquierda para llegar al acantilado. De repente, al final de un vertiginoso descenso, aparece una playa paradisíaca creada por los volcanes. A un lado, el restaurante Bollullo Beach, un mirador privilegiado que toma su nombre de la playa homónima del municipio de La Orotava. Es una de las más bonitas de la isla, y también una de las más visitadas por los turistas.

Aquí el Atlántico baña la costa con intensidad y el azul del agua se funde con el negro de la lava y el verde de las plataneras. Bollullo tiene alma de restaurante y espíritu de chiringuito. Abierto hace cinco años, su secreto está en el producto de proximidad y en una carta de sabores canarios ideales para un día de playa.

El mar anima el apetito y la terraza del beach tiene el efecto del flautista de Hamelin, que hace que los bañistas no se puedan resistir a sus mesas con vistas. Arranca a las diez de la mañana con los brunchs. Se sirven en unas bandejas cargadas de tostadas, mermelada de papaya, huevo frito, fruta fresca, yogurt, pata asada (todo un clásico canario), queso fresco, rosquetes caseros, baos de ternera mechada y tacos de pollo asado, además de las bebidas frías y calientes.

La cocina también mira al mar. Hay mucho pescado fresco del litoral isleño. Lo que más abunda en la zona son las viejas, que se sirven en parrilladas con diferentes tipos de mariscos, guisadas o asadas. También preparan ceviches. El de cherne y camarón con cremoso de batata canaria es todo un clásico. Las tradicionales papas arrugadas acompañan un pulpo embarrado y otras opciones marineras.

En un entorno de playa como este, el picoteo cumple un papel importante y no es de extrañar que a las croquetas se las trate con mimo. Se preparan con un producto gourmet como el cochino negro de raza autóctona, muy apreciado a nivel culinario. También triunfa el queso local asado con confitura de tomate con albahaca, que se acompaña de focaccia.

El chef, Luis González, es el jefe de cocina del Bollullo Beach. Su cocina está a la vista de los clientes. “Es maravilloso trabajar con mi equipo con estas vistas al mar y, además, a nuestros clientes les encanta ver cómo cocinamos”, reconoce. Dada la gran afluencia de turistas al negocio, su cocina se ha convertido en una embajada gastronómica en la que los visitantes descubren productos y tradiciones mientras disfrutan en contacto con la naturaleza que los rodea.

Al preguntarle por los más vendidos de la carta, el chef lo tiene claro: croquetas de cochino negro, queso asado, vieja asada, cabra estofada (elaborada a la manera tradicional) y despedida dulce con tarta de manzana y queso ahumado de El Hierro. Sin duda, materias primas y recetas muy auténticas de esta tierra.

El primer restaurante de la playa de El Bollullo abrió en 1969. Estaba en la parte alta del acantilado. Fue un reclamo durante décadas, pero acabó cerrando hace ocho años. En 2018, se inauguró este local, que abre todos los días de 10 a 22h en invierno, y hasta las 23h en verano. Ha sido reconocido con un Solete por la Guía Repsol. Tiene aforo para más de 300 comensales y parking gratuito para sus clientes.