El restaurante Daiko Sushi es único de su especie: Ricardo y Oswaldo, suegro y yerno, y desde hace tres años también socios, crearon este concepto nikkei en pleno centro de La Laguna. El objetivo desde entonces es el mismo, que todo el que se siente en su local disfrute un viaje de sensaciones, sabores que recuerdan a lugares donde han estado y donde el propio Ricardo, chef del restaurante, se ha formado: en Perú, donde además vivió tres años y se empapó de la mezcla de sabores y de la sencillez de las barras cevicheras de los mercados.
“Al vivir y trabajar en La Laguna veíamos que faltaba propuestas de cocina asiática y decidimos hacer esa fusión”, comentan Ricardo y Oswaldo. Por ello, decidieron llenar ese hueco y darle el protagonismo que se merece a la cocina japonesa en un precioso local en torno a la Iglesia de La Concepción. Tienen una idea clara: “La revolución Daiko ha entrado en el corazón del canario y aún más en el del lagunero”. Decidieron bautizarlo como Daiko en honor a uno de los siete dioses de la cultura japonesa, Daikokuten, deidad de la prosperidad en los negocios. Para ellos, también es sinónimo de corazón, de ilusión.
Daiko Sushi Bar
Plaza del Dr. Olivera, 8
38202 La Laguna Santa Cruz de Tenerife
España
Disfrutar de una auténtica experiencia Daiko
Empezamos con las tostadas dinamitas, hechas con el plátano macho venezolano, lugar de nacimiento de los emprendedores, con la peculiaridad de su ensalada de dinamita fresca que le da un toque muy peculiar a cada bocado.
Seguimos con un clásico entrante peruano como es el ceviche tradicional. Son muchos los peruanos que pasan por sus puertas y que felicitan a Ricardo y a su equipo por este plato. Eso nos deja una idea clara: no puedes irte de allí sin probarlo.
Llega la hora de meterse en la más pura fusión a través de los makis especiales, de los cuales muchos tienen como nombres calles de la ciudad de La Laguna o de lugares icónicos de la isla de Tenerife. Los dos favoritos del público son el Alaska especial y el maki acevichado, que aúna cultura japonesa y peruana.
Todos los platos son perfectos para compartir y disfrutar más en cada visita. Es importante tener en cuenta los fuera de carta, ya que suelen jugar con el producto de temporada para hacer platos singulares y de esa manera sorprender también al cliente habitual.
De la parte dulce también se encarga el propio chef, un enamorado de las creaciones más golosas. Todos los postres son caseros y hay dos claros imprescindibles: la cheesecake de mango, que funciona a partir de una sorprendente sinergia, y, por otro lado, las delicias de coco con piña caramelizada del Hierro.
La sala como punto fuerte
Otro de los valores que reluce en Daiko es su equipo de sala, mantenido casi en su totalidad desde la apertura hasta ahora: algo que dice mucho tanto del empresario como del profesional del servicio.
Además, con el fin de acercar a los comensales las elaboraciones de este viaje, el servicio termina varios de los platos en mesa, como es el caso del maki Alaska, cuyo salmón se sopletea en la mesa y posteriormente se adereza con spicy mayo, sal gruesa y lima.
Planes de futuro
El viaje de Ricardo y Oswaldo no se queda aquí, porque nos han adelantado que próximamente abrirán un segundo Daiko en Santa Cruz, haciéndose hueco en la ciudad de los japos y con la idea de hacerlo también en el corazón del santacrucero.