Casero y sin miedo. Así definen Emiliano Buxbaum, Andrea Di Gioia y Marcel Zielinski a su restaurante, en cuya puerta hay un cartel que reza: "Al mal Covid, buena comida en Cacho". Esa es la filosofía de este enorme local de estilo industrial situado en Poblenou. "Cacho nace con la idea de ofrecer comida casera con productos locales y de temporada", explica Andrea Di Gioia, uno de los socios del restaurante.
Cada persona elige las raciones que quiere con los ingredientes que tienen a la vista en el local y compone su propio plato. Cada plato suele incluir tres generosas raciones, aunque hay quien pide dos o cuatro, según el hambre que tenga. Cada semana cambian la carta, pero siempre tienen una base de verduras, una de legumbres y cereales y otra de carne. Hay opciones y variedades para todos los gustos. "No hay un menú cerrado, se elige cada ración por separado. Es como una rosticería-restaurante", añade Di Gioia.
Cada ración tiene un precio: las proteínas animales cuestan 5 euros, la proteína vegetariana 3,90 y un ingrediente vegetariano como el arroz, 2,30 euros. Así, un plato formado por tres generosas raciones de pollo marinado con salsa tzatziki, col y zanahorias asadas cuesta 9,60 euros e incluye los nutrientes necesarios en una comida. "Al final, buscamos comer saludable, sin tapujos y lo más simple y sencillo posible. Es un guiño a lo común", destaca el argentino Emiliano Buxbaum, chef y uno de los socios de Cacho.
Una cocina sin etiquetas
Otra opción de lo más apetitosa y saludable podría ser combinar una hamburguesa vegana de calabaza con una ración de zanahoria asada y tzatziki y otra de pad thai de arroz vegetariano con una salsa de mayonesa de chipotle. Un plato colorido, sano y saciante, con toques latinos y asiáticos, pero con ingredientes locales y de temporada. "No queremos poner etiquetas ni decir que somos veganos, italianos o asiáticos", puntualiza Di Gioia.
Entre las carnes que ofrecen destaca la porchetta, un plato típico del centro de Italia, que elaboran de forma casera y con hierbas frescas. "La horneamos a baja temperatura durante 8 horas para que quede jugosa", cuenta el chef de Cacho. Una carne deliciosa que combina a la perfección con un humus de garbanzos y berenjenas ahumadas y una ensalada de lentejas con aguacate, espinacas y brócoli. En clave carnívora también podemos encontrar roast beef de picaña casero, ideal para acompañar con patatas al horno y una ensalada de espinacas.
Propuestas contundentes, saludables y caseras a las que se unen sus deliciosos sandwiches, que elaboran al momento y siempre con pan de masa madre que compran en una panadería del barrio. El clásico biquini con jamón y queso, bien tostado, es todo un éxito. También son irresistibles el sandwich de roast beef con queso Cheddar, mostaza y pepinillos encurtidos, y el Club Sandwich, con pollo, bacon, huevo, queso, tomate, lechuga y mostaza. Opciones caseras, hechas al momento con ingredientes de calidad y de relleno generoso, como las raciones que sirven.
Los postres completan la carta de Cacho. El tiramisú con pistachos es uno de los más demandados, así como el banana bread con chocolate, un budín de pan horneado con pasas y servido con almendra y caramelo, y las distintas tartas caseras con frutas de temporada que elaboran.
Envases sostenibles y reciclables
Las generosas y caseras opciones de Cacho se pueden recoger en el local de lunes a viernes de 12.30 a 16h de la tarde, o bien te las llevan a casa ellos mismos. La opción de take away es la que suelen elegir la mayoría de clientes de Cacho, que abrió sus puertas en marzo, justo 4 días antes del estado de alarma, pero cuenta con una clientela muy fiel y habitual que viene varias veces por semana e incluso a diario a recoger su comida.
Se la llevan a casa en un packaging sostenible. Ofrecen tres alternativas reciclables. Venden un tupper de cristal a precio de coste y cada vez que alguien vuelve a rellenarlo le descuentan 0,50 euros. También trabajan con una startup del barrio que ha creado un circuito para llevarte a casa la comida en un tupper gratis y reciclable y, como tercera opción, ofrecen un tupper compostable y de origen vegetal. "Tenemos una filosofía 360 para aprovechar todo y ser muy transparentes", apunta Buxbaum.
De ahí que tengan la cocina abierta y a la vista, ofrezcan agua fresca gratis (natural, fría o con gas) que cualquiera se puede servir de los tres grifos de un tirador, preparen limonada casera, compren a granel y eviten los botellines y los envases. En esa apuesta por la sostenibilidad y la proximidad, trabajan con empresas locales que les proporcionan alimentos y bebidas como el pan, la kombucha y el café ecológico. "Creemos en el concepto de ayudarnos entre nosotros", añade el italiano.
La decoración de Cacho, de estilo industrial, respetando el origen de Poblenou, también va en sintonía con esa filosofía. "Hemos aprovechado al máximo lo que había en el local, anteriormente ocupado por un bar de más de 30 años. Las persianas son originales, de los años 80, y las plantas, naturales", concluye Di Gioia.
Cuando el local vuelva a abrir, los fines de semana los comensales podrán disfrutar del brunch que ofrecen, a base de tostadas, huevos fritos y revueltos y pancakes dulces y salados. También volverán las sesiones musicales de los jueves, una opción ideal para desconectar en buena compañía.
Fotos: Marta Becerra.