Ferran es un cocinero joven, ganxet de raza (ganxets es el gentilicio no oficial de los habitantes de Reus) bregado en una impresionante lista de cocinas de altísimo nivel (Celler de Can Roca, Arzak, Carme Ruscalleda, Sergi Arola y Can Jubany) y lo primero que hace cuando se sienta con nosotros es explicarnos que inició su camino guisandero a la orilla del mar, cocinando paella con los padres.
“Luego vinieron los estudios en la Escuela de Hostelería de Cambrils y tras muchos años, en los que llegué a ser Jefe de cocina con Sergi Arola, he regresado a mi casa para hacer una cocina basada sobre todo en el respeto al producto: no tengo congelados, no tengo cámaras. Todo es fresco, del día”.
Eso sí, la vuelta al mundo culinario que ha realizado durante tantos años la aplica intensamente en su cocina, que admite pocas etiquetas. En la carta encontramos desde unas cocochas con guisantes y callos hasta un ceviche interpretado por su visión a la fuerza mediterránea.
Su decoración del local es igual de fresca que su cocina. Color blanco dominante y maderas de tono claro para complementar. Estanterías mínimas y neveras para la guarda del vino situadas al fondo para aprovechar hasta el último metro disponible. Todo optimizado y a la vista: buena parte de la cocina que, tras la pequeña barra, permite observar el trasiego de chaquetillas al cocinar. Sobre esa misma barra, la caricatura del cocinero adornada con bigotes dalinianos formados por tenedor y cuchara declara la admiración de Ferran Cerro por el genio del Empordà. En su antebrazo se ve el mismo dibujo tatuado, una declaración de principios imposible de borrar.
Carrer de Sant Joan, 22
43201 Reus Tarragona
España