Que la calle Enric Granados, y también sus alrededores, se han convertido en uno de los epicentros gastronómicos más efervescentes de Barcelona ya nadie lo pone en duda. Por eso, y para competir entre una oferta tan rica y variada, es esencial saber diferenciarse. Así lo ha hecho el restaurante Via Granados que, desde su apertura hace cinco años, apuesta por ofrecer platos al calor de la brasa. Una propuesta que, teniendo en cuenta el enclave, no deja de ser singular.
Carrer d'Enric Granados, 67
Barcelona Barcelona
España
El hermano pequeño
El equipo de Via Granados arrastra una buena experiencia en el sector ya que también es responsable de 3 Focs, un restaurante de cocina tradicional catalana basada igualmente en la brasa, ubicado a pocos pasos del local que hoy visitamos. “Es lo que se nos da bien, por eso, en Via Granados decidimos seguir con la misma línea, no queríamos alejarnos de nuestra esencia que es el fuego, pero sí buscar otra cocina y otro carácter más joven e informal, acorde con la zona”, nos explica Florín Chís, gerente de ambos restaurantes.
Su entrada es fácilmente reconocible: suelo con baldosas que recuerdan los típicos mosaicos hidráulicos barceloneses, madera para dar calidez y una enorme pared vertical vegetal. Ya en el interior, el restaurante se estructura en dos plantas: la primera, invita a compartir y a tapear de manera más informal, incluso a tomar un cóctel; la superior, más luminosa y con un ambiente más relajado, anima a degustar un riguroso primero y buen un segundo, y cuenta con dos comedores para grupos.
En hornos de carbón
La carta contempla algunas tapas clásicas para picar, como las patatas bravas, que preparan con piel y sirven con una salsa elaborada con diez ingredientes que no quieren desvelar, pero que marca la diferencia; el variado de croquetas de la casa; o unas anchoas y unos boquerones de primera. Para empezar a entrar en el fuego, los mejillones de roca marinados hechos a la brasa serán una gran opción. También presentan platos que buscan un punto de frescor como las ensaladas y los tartares, con opciones como el tartar de salmón, mango y aguacate ahumado al momento o el jugoso steak tartar de ternera.
La esencia del local empieza a tomar cuerpo con entrantes como las alcachofas, la parrillada de verduras o las imprescindibles berenjenas a la brasa, uno de los platos estrella de Via Granados que se deshace en nuestra boca mientras nos traslada un imponente sabor ahumado. En realidad, la mayor parte de su oferta, verduras, carnes y pescados, pasa por sus hornos de brasa, que utilizan carbón vegetal de quebracho argentino. “La forma de cocción es totalmente distinta a la de una parrilla abierta, el calor envuelve el producto y le da ese sabor tan especial”, explica Florín. Incluso sus arroces, como la paella y la fideuá de pescado y marisco o el arroz cremoso de secreto ibérico, que también sirven en raciones individuales, llevan ese toque. “No queremos perder nuestra identidad y, por eso, siempre los terminamos en la brasa”, añade.
Buenos cortes de carne
El apartado carnívoro es el más extenso, con distintos cortes de buenas carnes: costillas de cordero de Teruel, secreto, pluma y presa ibérica con D.O.P Guijuelo, chuletón de buey madurado de 1 kg, entrecot de ternera de Asturias, etc. “Siempre explicamos la procedencia de la carne a nuestros clientes. Por ejemplo, el entrecot viene de lechales asturianos, que posteriormente se crían aquí, en el Prepirineo, en una granja de Castellterçol que se puede visitar”, comenta Florín. La brasa no enmascara, por lo que la calidad del producto es esencial y en Via Granados la cuidan. Para acompañar, proponen un listado bien extenso guarniciones como patatas al caliu, salteado de judías del ganxet, gírgolas a la brasa o aguacate a la parrilla.
Otro de sus reclamos es su menú de mediodía, con unos doce primeros y unos doce segundos a elegir, de los cuales algunos son fijos y otros van variando según el día. Siempre hay alternativas para todo tipo de comensales, y su precio (13,50 €) es de lo más convincente. Sin olvidar que también utilizan la brasa para elaborar las siempre deseadas calçotadas, que a partir de enero empiezan su temporada. Calçots de cultivo local, salsa romesco hecha de manera artesana en la cocina de Via Granados… y todo esto en el centro de Barcelona. Ya no hace falta salir de la ciudad para gozar de una buena brasa.
Fotos: Flaminia Pelazzi