Jamones de Guijuelo, de Jabugo, DO Extremadura... Los amantes del jamón no podrán resistir la tentación de entrar en Reserva Ibérica, una tienda gourmet instalada en la Diagonal de Barcelona (esquina Aribau) que cuenta con una acogedora y cosmopolita zona de restauración. Y es que aquí no solo se compran las patas de jamón enteras, sino que además se pueden degustar en una carta de tapas, bocadillos y platos pensada para picar y compartir.
El escaparate exterior y la vitrina del mostrador hacen que uno se deje seducir de inmediato por un ejército de cortadores de jamón que explican con total profesionalidad las características de cada pieza allí expuesta. De repente, el cliente comprende que comer jamón no es cualquier cosa y ante la pregunta de si le gusta más ácido o más afrutado, con un sabor más intenso o suave, 75% bellota o 100%, no le queda más remedio que catar el producto y dejarse aconsejar.
Manuel López es el propietario de Reserva Ibérica y cuenta ya con dos tiendas más en Barcelona, otra en Sant Cugat del Vallès, en Palma de Mallorca, Zaragoza y, en el extranjero, en Tokyo y Hong Kong. Manuel nació en Barcelona y creció tras el mostrador de la charcutería de sus padres en el mercado de la Boquería. Tras cursar un máster MBA y pasar por diferentes empresas, decidió tomar las riendas de su propio negocio haciendo lo que mejor se le daba: homenajear el ibérico de bellota.
Manuel calcula que ha cortado más de 27.000 piezas, por lo que es considerado un “afinador de jamones”. Con ojo experto, escoge personalmente las paletillas que luego venderá en sus tiendas y que proceden de Guijuelo, Jabugo y Extremadura. “El jabugo no es necesariamente el mejor”, apunta uno de los amables cortadores de Reserva Ibérica. Y, tras hacer una pequeña cata de sus productos, le damos la razón.
En Reserva Ibérica, la barra y las mesas altas invitan a picar algo, la preceptiva tapita de jamón pero también una flauta con puntas de ibérico, sencillamente espectacular, con el pan recién horneado y crujiente. Otra opción es sentarse en las mesas para degustar una fórmula que triunfa los mediodías a base de aceitunas, un bocata y una ensalda de habitas con menta y jabugo, por ejemplo.
Y es que la carta de Reserva Ibérica se está agrandando por momentos. Se puede optar por picotear conservas Rafa Peña u Ortiz (navajas al natural, boquerones en vinagre,...) o ensaladas entre las que, como no, gana la de jamón ibérico. Hay que probar el bacalao, el salmón o la sardina ahumada.
Otro excelente producto son los quesos, que se venden y degustan en mil y una variedades: Mahón, Comté, Payoyo, Montbrú de cabra, torta extremeña y del Casar, Brie francés, Moliterno trufado, Montagnolo... Sobresalen, también, los embutidos ibéricos puros de bellota, la presa ibérica y la caña de lomo, con un sabor untuoso y persistente en boca. Una vez los has probado, uno no puede resistirse a llevarse unas lonchas a casa.
Reserva Ibérica cuenta con un producto excelente, una ubicación privilegiada y la profesionalidad y amabilidad del personal, una combinación triunfadora.
Carrer d’Aribau, 212
08006 Barcelona Barcelona
España