Casa Bernardi

En la localidad alicantina de Benissa, un enclave privilegiado del Mediterráneo, encontramos lo que también es un paraíso: Casa Bernardi. Un restaurante con el sello inconfundible del reputado chef italiano Ferdinando Bernardi.  

Ferdinando Bernardi lleva la gastronomía en su ADN. No en vano toda su familia se dedica a la restauración y desde niño empezó a trastear en el restaurante de su padre en Rímini. Con tan solo 13 años ya era el responsable de la pizzeria familiar y desde entonces su crecimiento ha sido imparable. Ha trabajado en medio mundo: Tailandia, Malibú, Los Ángeles, California, Chicago o Londres. Esto le ha permitido conocer al cliente y saber cómo conquistar su paladar. Eso sí, siempre fiel a la tradición gastronómica italiana a la que da una vuelta de tuerca convirtiéndola en alta cocina. Característica con la que ya dejó huella en Orobianco en Calpe, restaurante para el que consiguió un Sol Repsol y una estrella Michelin en 2019, convirtiéndolo en el único restaurante italiano con estrella en nuestro país. Y precisamente fue allí donde se enamoró de la zona y de los productos que ésta ofrece.  

Ahora en este nuevo proyecto personal, basa su propuesta gastronómica en una carta con tres menús degustación (Menú terra vegetariano, 80€; Menú Di Tutto, 90€ y el Menú Di Piú 105€) en los que el comensal reconoce referencias muy Bernardi como el cannolo siciliano, sus famosos risottos, en este caso a la milanesa con ossobuco y azafrán o los agnolotti en su versión queso a la pebrella de Quesería San Antonio (Alicante). En sus platos tampoco faltan los productos que diariamente recibe de agricultores y pescadores de la Marina Alta. Ellos, como confiesa Ferdinando, forman parta de la cadena de valor de Casa Bernardi.

De esta manera, se logra una combinación absolutamente perfecta, encontrando ricos platos de la cocina italiana creados con producto local alicantino de kilómetro 0. Así tenemos en carta la caballa con níspero de Callosa d’En Sarrià, el spaghetti con bottarga y gamba blanca o el cordero lechal (de Carnicería Domingo de Teulada), manzana, kéfir y menta. En todas estas creaciones se puede ver la evolución que ha tenido el chef italiano en estos 7 meses desde la apertura, pasando de una cocina italiana sencilla, aunque siempre perfectamente ejecutada, a un cocina de autor con mucha técnica y creatividad.  

Y es que a pesar de la técnica empleada, Ferdinando es de esos a los que no les gusta enmascarar sabores. De hecho tal y como él mismo explica, un plato no debe llevar más de 3-4 ingredientes. En este proyecto le acompañan su buen amigo Heguer Castellanos como director de sala, Christopher De Ascensao como repostero y Nicolas Zequeira al cargo de los platos principales.

Como guinda al pastel, un ambiente familiar y cálido donde nada más entrar se comprueba el significado de la palabra italianità: la verdadera hospitalidad italiana. Se diferencian dos espacios: un comedor interior con chimenea, desde donde el cliente puede apreciar el trabajo que se realiza en cocina, y su espectacular terraza con vistas al mar Mediterráneo y al imponente Peñón de Ifach.  

Su carácter abierto e inquieto le ha llevado a desarrollar, siempre con éxito, proyectos de carácter solidario como servir durante la época más dura de la pandemia 100 comidas diarias en la zona. Precisamente este carácter inquieto del que hablamos le lleva a pensar en nuevas e inminentes metas como la puesta en marcha de una pequeña bakery al lado del actual restaurante donde ofrecer las deliciosas masas italianas en formato pan, grissinis, pizzas o lasagnas. Pero, de momento, está disfrutando al máximo su restaurante, que es su hogar, y su nuevo desafío.