De la mano de Aitor Martín Alkiza llega el restaurante Ikili al centro de San Sebastián, ofreciendo una experiencia culinaria que fusiona la cocina vasca con influencias contemporáneas, creando un espacio donde la tradición y la innovación se encuentran.
El lamento típico de hoy en día es que cada vez hay menos sitios para disfrutar de cocina tradicional, sobre todo si se refiere al día a día, y no de pegarse un homenaje. Un sitio de referencia para tomarse una buena sopa de pescado, un arroz con almejas, unos callos. En el centro de San Sebastián, sin embargo, ya hay uno más. Detrás la moderna fachada del restaurante Ikili nos espera una carta con profundas raíces vascas.
De lo de antes, ahora
El local se centra en la calidad de los ingredientes, muchos de los cuales son de proximidad y de temporada, y se nota la frescura y autenticidad en cada plato. Arriba, Ikili cuenta con una barra de pintxos bien vestida, que desde primera hora de la mañana hasta la noche tiene movimiento. Al fondo, hay una zona de mesas y comedor, donde se piden y disfrutan los platos de temporada de la carta. ¿Y, aún más al fondo, qué hay detrás de este concepto tan tradicional? Un chaval de 29 años de Tolosa.
“Siempre digo que yo no sé cocinar, sé comer,” dice el chaval, Aitor Martín Alkiza. Palabras de un buen vasco, sí, pero después me confiesa que lleva desde los 10 años trabajando en hostelería, en los restaurantes de la familia, concretamente el Bide Bide de Tolosa. Y que después pasó por el Basque Culinary Center. Y que antes de eso, estaba siempre pendiente de su madre y abuela en la cocina. De repente, lo de no saber cocinar parece una puntualización excesivamente humilde, pero es verdad que lo importante aquí es el saber comer.
Un nombre sin sentido, pero con mucho significado
El nombre Ikili no tiene sentido, por lo menos en el diccionario. Es una serie de letras cogida de una canción del gran Mikel Laboa, un cantante con mucha influencia en la vida de Aitor, y refleja el vínculo con la cultura vasca que tiene el restaurante. Y es que el menú de Ikili es una verdadera exploración de los sabores del País Vasco, con una variedad de platos que resaltan los ingredientes frescos de la región.
Una carta donde no falta la tradición
La filosofía de Ikili se basa, ante todo, en el producto. Si hay un segundo punto, es traer de vuelta los platos y costumbres del interior de la región a la capital. Y esto se consigue, ya que tanto en la carta y como en la barra de pintxos encontraremos favoritos de toda la vida, ejecutados de forma profesional y elegante.
Y eso, al final, es lo que le motivó a Aitor. “A mí, como consumidor en Donosti, me faltaba venir a comer algo típico de aquí,” dice él. “En pocos sitios puedes comerte una morcilla, un talo de chistorra, una tortilla de bacalao hecha al momento, unos pintxos de toda la vida.”
Entre las especialidades más destacadas se encuentra la txuleta, que en esta casa se hace con carne de Cárnicas Goya: reconocidos como los carniceros por excelencia de la zona, controlan la carne desde el nacimiento hasta la entrega de la txuleta, en este caso de origen de Tolosaldea. También hay platos de toda la vida, como los que añoraba Aitor. En la cocina trabajan manos que han pasado por los mejores fogones de San Sebastián, como los de Akelarrre, capaces de sacar platos tradicionales a la par que modernos. ¿Un ejemplo? El begihaundi, que en vasco significa ‘ojo grande’ y es como llaman a un calamar más grande que un txipirón, que se sirve con el corte cruzado típico del este, entero y a la parrilla, servido con cebolla pochada, alioli negro, y sal de aceituna. Pleno producto, el sabor de parrilla, un guiño a txipis pelayo, pero con técnicas y emplatados modernos.
La barra de pintxos está repleta e invita a pasearse por allí a todas horas. El pintxo de txangurro, un plato de cangrejo que se sirve en una base crujiente, es perfecto para abrir el apetito. Está pensado para los vecinos del barrio. “Hay muchos clientes que agradecen mucho [la barra],” dice Aitor, “porque pueden decir ‘vengo, me tomo mi vinito con mi tortilla o con mi talo de chistorra, pago unos euros, y sigo mi camino’.”
Un lugar (en el centro) donde quedarse
La decoración del restaurante complementa esta visión, con un diseño elegante y acogedor que a la vez recuerda a raíces del Goierri, la provincia donde se ubica Tolosa. El diseño combina elementos rústicos y modernos. En la pared verás fotos del mismo pueblo donde creció Aitor, con fotos de sus vecinos de toda la vida.
Por eso, precisamente, Ikili no es solo un restaurante: es un viaje a través de los sabores y tradiciones del País Vasco. Con su enfoque en la calidad, el producto, y el servicio al cliente, y sin olvidarse de su parrilla, se ha establecido rápidamente como un destino imprescindible del centro de San Sebastián. ¿Buscas un lugar para disfrutar de una cena especial? Perfecto. ¿Simplemente quieras experimentar la cocina vasca contemporánea en tamaño pintxo? También. La combinación de sabores auténticos, una atmósfera acogedora y un servicio excepcional hacen de Ikili un lugar que deberías añadir a tu lista de ‘musts’ en la ciudad.