Txapeldun

Txapeldun: la taberna vasca de Sant Andreu
Txapeldun
Txapeldun
7 Octubre, 2022
Silvia Alberich
El chuletón, el katxopo, los pinchos y tapas y los platos elaborados son la especialidad de este restaurante, con aire rústico y acogedor.

Un escaparate repleto de pinchos y una nevera con ternera, chuletón y otras piezas de carne selecta dan la bienvenida al comensal en Txapeldun. El local, que abrió sus puertas en septiembre del año 2000, es la única taberna vasca en el barrio de Sant Andreu de Barcelona. De ahí que el Idiazábal, el txangurro o la chistorra sean algunos de los protagonistas de su amplia y deliciosa carta. "Apostamos mucho por el origen del producto. Queremos que la gente disfrute como si estuviera en el País Vasco o en el norte", cuenta Jordi Navarro, propietario del local, con terraza exterior y capacidad para un centenar de personas. 

Empecemos abriendo boca con las tapas. La morcilla de Burgos, las longanizas con cebolla caramelizada, el lacón ahumado, los chipirones y los callos a la vasca son algunos de los entrantes para compartir. También elaboran tapas tan originales como las gírgolas con calamarcitos de la costa. "Es una mezcla mar y montaña. Inicialmente, este plato estaba como una sugerencia, pero se ha quedado en carta porque gusta mucho", explica el propietario.  

interior

Passeig de Fabra i Puig, 159
Barcelona Barcelona
España

Las croquetas de Idiazábal y las bravas pamplonicas, entre las tapas estrella 

Los huevos estrellados, ya sean en versión clásica o con jamón ibérico, gambas y gulas o foie, son otro reclamo para el comensal. Lo mismo ocurre con las croquetas. Preparan cuatro variedades: jamón ibérico, txangurro, bacalao e Idiazábal. Estas últimas, con un generoso y delicioso relleno de este genuino queso de oveja, son una de las tapas estrella.   

También están muy demandadas las bravas pamplonicas, unas patatas con alioli y salsa brava, con chistorra por encima. Una propuesta contundente, muy acorde a otras que sirven en esta amplia y agradable taberna. Ejemplo de ello es el chuletón a la brasa, con una maduración mínima de 35 días. Lo venden a peso, siendo el mínimo de 800 gramos y, el máximo, casi un kilo y medio. Viene con patatas fritas caseras y pimientos del piquillo. El entrecot (que también maduran ellos), el solomillo de vaca añeja, la longaniza o el pollo de corral, todos a la brasa, también pueden degustarse en Txapeldun. 

katxopo Otra propuesta carnívora de peso es el katxopo. Viene relleno de jamón ibérico y queso Idiazábal, mide 35 centímetros y pesa más de medio kilo. Por debajo del katxopo asoma una ración de patatas fritas y pimientos del piquillo. Hay quien se atreve a comerse el katxopo solo. Si prefiere compartirlo, ya viene cortado de cocina. 

sepia

Además de carne de primera calidad, en esta taberna se puede disfrutar de un pescado fresco, ya que lo traen a diario de la lonja. La espalda de lubina, la dorada a la brasa, la sepia a la plancha o el bacalao con gambas y una muselina de alioli casero son algunas de sus propuestas marineras. En versión más ligera, sirven ensaladas y platos adaptados a veganos y vegetarianos. Fuera de carta tienen sugerencias con producto de temporada, como pochas con boletus o piparras de Ibarra. 

Menú diario y postres caseros 

A esta variada propuesta se une un menú diario de lunes a viernes al mediodía. Lo cambian cada 15 días, cuesta 13,45 euros e incluye una amplia variedad de primeros, segundos y postres a elegir, con bebida. En su repertorio de platos caseros pueden encontrarse unas lentejas a la riojana, unos macarrones a la boloñesa, un muslo de pollo de corral o una merluza a la plancha.   

postres

Quienes guarden un hueco para los postres, podrán saborear delicias de la conocida pastelería guipuzcoana Casa Eceiza, así como elaboraciones caseras de Txapeldun. Una de ellas es el puding con Idiazábal y nueces y otra, muy aclamada, su original torrija. La elaboran con briox, está caramelizada por encima y es muy esponjosa. 

Fotos: Marta Becerra

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Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas

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