Dos hermanos que heredan de su padre la pasión por la cocina y la restauración. Simplificando, así podría explicarse el origen de La Taverna del Clínic. El inicio de esta saga de enamorados de la gastronomía lo encontramos en Pepe Simoes, un gallego que se estableció en Barcelona allá por 1973 y que abrió diversos restaurantes. Sus hijos, contagiados por el mismo virus familiar, se pusieron en 2006 al frente de este restaurante situado junto al Hospital Clínic, donde pueden dar rienda suelta a toda su creatividad con Antonio al frente de la cocina y Manuel en las tareas de jefe de sala y sumiller.
El pasado año, la Taverna del Clínic renovó su imagen y creció con un local anexo, ampliando la cocina para adaptarse mejor a las necesidades de su clientela sin desviarse ni un ápice de la filosofía que les ha caracterizado desde sus inicios, orientada a conseguir un resultado final excelente que englobe desde los platos hasta las bebidas, el servicio y la atención exquisita que todo cliente merece.
No hay producto simple ni plato sin elaborar
Este es el emblema del local y toda una declaración de intenciones por lo que respecta a su cocina. Productos de temporada y siempre de primera calidad elaborados con toda la sabiduría culinaria y el cariño de una cocina de primer nivel. No en vano Antonio “Toni” Simoes, tras acabar sus estudios de hostelería, hizo sus prácticas con el gran Santi Santamaría en el Racó de Can Fabes, que en aquella época ostentaba tres estrellas Michelin. Esto marcó de modo indeleble su forma de entender la cocina, basada en el producto y en las recetas clásicas actualizadas a las técnicas modernas.
El éxito de sus platos y tapas lo demuestran los premios conseguidos, como el de Mejor Cocinero Joven 2014 de la Academia Catalana de Gastronomía, la rasera de oro al mejor cocinero o los premios a las mejores tapas en 2010 y 2012. Por su parte, Manuel Simoes ha sido investido Caballero de la Champagne por su alto nivel de competencia como sumiller.
Sin olvidar los orígenes
Los orígenes gallegos de la familia están bien presentes entre los platos de la Taverna, donde siempre podemos encontrar recetas a base de pulpo, vieiras, centolla o pescados de Finisterre, entre otros productos de primera calidad. Pero las posibilidades de la carta son múltiples y abiertas a todas las cocinas. Así, encontramos platos fríos como el ravioli de bogavante y verduritas picantes, el tartar de ostras con tobiko y ajo negro o la ensalada de centolla de la ría con algas y caviar; platos de pescado como el bacalao con lentejas beluga con pies de cerdo o el calamar fresco de playa con pilpil de tripa, butifarra negra, tomate y brotes o de carne, ya sea el rabo de toro guisado con vino del Priorat y escaluñas o el royal de conejo al estilo del chef.
Mención especial merecen los “Clásicos de la Taverna del Clínic”, como el iglú de pulpo a feira, el canelón de pato asado y boletus, el micuit con manzana caramelizada y reducción de Pedro Ximénez o el huevo poche con setas y butifarra del perol con carpaccio de gamba fundida. Si dudamos ante tanta delicia para nuestro paladar, el Menú degustación es una magnífica opción para conocer lo mejor y más característico del conjunto gastronómico que nos ofrece la Taverna.
Carrer
Rosselló, 155
Barcelona Barcelona
España