Nos cuentan en el Hotel Pulitzer, situado en la céntrica calle Bergara de Barcelona, que fueron los primeros de la ciudad en abrir la terraza de su azotea a los barceloneses. Tal y como ya se hacía en hoteles de otras grandes capitales, la aderezaron con buena gastronomía y una programación de DJs. El resto, como suele decirse, ya es historia. Porque más de una década después, el espacio ha integrado, de manera muy orgánica, público local y turistas consiguiendo todas las tardes un ambiente de lo más animado.
Su propuesta #BuenasTardesPulitzer lleva unas semanas en marcha y se alargará hasta octubre, si el buen tiempo acompaña. Su principal novedad es la propia terraza, que se presenta totalmente renovada, con interiorismo del omnipresente Lázaro Rosa Violán. Madera por doquier, abundante decoración vegetal, un bonito mosaico de baldosas, mesas pensadas para compartir, más zonas cubiertas para cuando el sol arrecia… Y, claro está, inmejorables vistas del centro de Barcelona.
Carrer de Bergara, 8
Barcelona Barcelona
España
Compartir es la premisa
Aquí puedes comer bien, dejándote llevar por la carta que Marc Pérez, el jovencísimo chef ejecutivo del Hotel Pulitzer y del restaurante La Esquina, ha preparado. No es pretenciosa, para nada, e invita a compartir y a socializar que, al final, es lo que se viene a hacer en esta terraza. Cuenta con una selección de aperitivos y platillos “que cada año vamos puliendo”, nos dice Pérez, y que apuesta por las elaboraciones simples, del día, y por el buen producto, a poder ser local.
Entre las tapas, es indispensable la rusa del Pulitzer, que se diferencia por llevar mayonesa japonesa y tartar de atún flambeado, y que fue la gran incorporación del verano pasado. Este año, la novedad es la bomba de la Barceloneta. “Hemos incluido una receta típica de la ciudad, pero versionada”, dice el chef. La elaboran con puré de patata y costilla cocida a baja temperatura durante 24 horas, se reboza con panko y se acaba con mayonesa de chile chipotle para darle el punto picante.
A golpe de brasa
Sus croquetas también son un clásico, de pollo al horno y trufa, cremosas, y ahora las presentan coronadas con parmesano rallado por encima “que le da el punto de salinidad”, comenta Pérez. Perfectas para compartir son sus tablas de quesos e ibéricos, con jamón de bellota, fuet de Vic de toda la vida o quesos de La Garrotxa. También el hummus de berenjena, que acompañan con queso feta, olivas de Kalamata, piparra, tomate seco y pan de pita casero, marcado a la brasa, igual que la berenjena.
Y es que en esta terraza la brasa juega un papel importante, y está totalmente a la vista, en una gran robata que alimenta el olor del ambiente. Por la parrilla pasan sus tres bocadillos: la hamburguesa clásica, que aderezan con queso gruyère, cebolla caramelizada, una salsa tipo kétchup, mayonesa y sriracha “para darle punch”, dice el chef; el de ventresca de atún, con salsa a base de queso cremoso y pan brioche de molde marcado a la plancha; y el vegetariano, de berenjena a la brasa. Todas las salsas, recalca Pérez, son de elaboración casera.
De la parrilla también sale una tabla para compartir con mini burguer, mini fish sandwich y mini brocheta de verduras glaseadas. Acierto absoluto. Y tampoco faltan alternativas para los vermuts, sobre todo en fin de semana, con clásicos como su mix de aceitunas, que marinan con piel de naranja y limón para darles su toque personal, y las patatas chips.
Que no falte la música
La programación musical es otro de sus puntos fuertes de esta terraza, con artistas locales, algunos de los cuales ya son habituales y repiten cada año. Así, los miércoles encontrarás conciertos con bandas, y, de jueves a sábado, la apuesta es por los DJs, con una “programación de house, funky, disco… siempre desde el contexto de la electrónica” (de 19 a 22h), tal y como nos cuenta Jacobo, programador del #BuenasTardesPulitzer.
Este año, como novedad, han ampliado la programación a los domingos, con sesiones de DJs y música “de raíces afrolatinas, basada en la cumbia, la chicha, cercana a la salsa” (de 18 a 21h). También trabajan por tener una programación paritaria, de hombres y mujeres, y por “dar oportunidades a artistas que quizás tienen menos tablas”, afirma el programador. Con todo, el ambiente es siempre “jugón y disfrutón”, así que es muy probable que acabes bailando y tomándote alguno de sus cócteles clásicos y de autor. Sin darte cuenta quizás el tardeo se acabe alargando hasta la noche.
Fotos: Marta Becerra