Restaurante Alviento

Qart-Hadast para los cartagineses, Carthago-Nova la llamaron los romanos, Qartayannat al-Halfa la bautizaron los árabes y Cartagena para los reyes católicos. Pero antes que estos, pasaron por aquí los hombres de Neandertal, de los que se han hallado restos en diferentes yacimientos. También pasaron los tartesos y los íberos, que vinieron a Cartagena, por la plata y plomo, la de las minas de la zona, no la que pregonaba el personaje de Pablo Escobar en la conocida serie de Netflix. Todas estas civilizaciones vieron en Cartagena un potencial suficiente como para organizar invasiones, guerras y saqueos con la idea de asentarse en esta zona para explotar sus recursos. Ahora, vivimos tiempos algo más tranquilos y los únicos invasores, en el sentido bueno de la palabra, son los miles de turistas que visitan esta ciudad de la costa murciana, con su puerto marítimo como principal, aunque no único, reclamo.

El espacio Alviento abre sus puertas en un puerto que se abre hacia el Mediterráneo, con cuatro espacios diferentes, donde se propone una oferta de ocio y gastronomía digna de una ciudad con tanta historia, con tanto pasado y mayor futuro. Y es en este puerto donde despliega sus velas el Espacio Alviento, el nuevo espacio de ocio y restauración de Alfonso Torres, el conocido empresario cartagenero, propietario de otro complejo, Trips Summer Club, del que ya os hablamos en un artículo anterior.

Alfonso Torres desarrolla Alviento con la idea de poner Cartagena en el mapa gastronómico nacional con un centro único con vistas al mar. Y, por caprichos de Neptuno o como guiado por los vientos que soplan en el Mediterráneo, aparece en Cartagena el cocinero Quim Gabarró, al que llegan noticias de la próxima apertura de un complejo como este. Es Quim el que contacta con Alfonso y se ofrece a dejar su puesto como jefe de cocina en el restaurante ABaC, de Jordi Cruz, con tres estrellas Michelin, para capitanear la sección gastronómica de este gran barco que estaba a punto de zarpar.

Alviento se compone de cuatro espacios de ocio y gastronomía: el Restaurante Alviento, donde Quim Gabarró desarrolla todo su potencial gastronómico, la Cervecería de Levante, que abre su cocina durante 12 horas al día, ideal para disfrutar de un tapeo informal y de una buena cerveza bien fría. La Terraza Club, con unas fantásticas vistas del Puerto de Cartagena donde disfrutar del tardeo con la mejor música actual y la discoteca Puerto Trips, extensión de la cultura de club de Trips Summer Club.

Quim Gabarró conoce bastante bien la zona de Cartagena, de hecho, su pareja es cartagenera. Es un cocinero catalán que lleva desde los 16 años ejerciendo su profesión. Se formó como cocinero en la Escuela de Hostelería Jovial, en Manresa. Después trabajó en el restaurante Els Noguers y luego conoció las cocinas del Velódromo de Barcelona, con una Estrella Michellin.

En 2010 comenzó a trabajar en ABaC, junto a Jordi Cruz. Desde el 2018 trabajó allí como Chef Ejecutivo, etapa en la que llegaron a conseguir la segunda estrella y la tercera Estrella Michelin. Este verano ha pasado por los fogones de Cabo Blue, el restaurante gastronómico de Trips Summer Club, donde ha comenzado tomar contacto con la zona costera y ha podido poner a prueba algunos de los platos que hoy componen la carta del restaurante Alviento.

Quim gestiona toda la parte gastronómica del complejo, pero es en el restaurante Alviento donde pone su mayor atención creativa. Vuelca su interés en la creación de nuevos platos de cocina de autor, creativa, basada en el respeto al producto y con mucha técnica. Esta cocina está siendo bien aceptada por todos los clientes, sobre todo los locales, que es a quién está dirigida mayormente.

Quim intenta ofrecer una oferta original y diferente que guste entre el público cartagenero, intentando respetar y cuidar la gastronomía local. Es una oferta pensada para la gente de Cartagena y de la Región de Murcia, sin olvidar, obviamente, al publico turista y visitante. Quim hizo un estudio de los negocios de la zona para ser competitivo, pero no hay que olvidar que el precio también lo marcan las privilegiadas vistas al mar.

En la cafetería se ofrece una cocina con tapas informales con toques nacionales como bravas, calamares o alitas, y también, tapas internacionales como nachos con guacamole, rips de cerdo con salsa barbacoa, mejillones en salsa de curry rojo, mini mollete relleno de lágrima ibérica, una parte del cerdo que se encuentra entre costilla y costilla o el pan bao con panceta marinada, cocida durante más de cuatro horas.

Podemos empezar la experiencia con los aperitivos como el panipuri indio, un pan frito relleno de espuma de brandada de bacalao. También ofrecen aperitivos fuera de carta como el buñuelo negro relleno de pulpo a la cartagenera y mayonesa cítrica.

Entre los platos destacables de esta carta y que más demanda tienen encontramos una paletilla de cabrito a baja temperatura con texturas de manaza verde a la sidra con una salsa al estilo francés elaborada con sus huesos. También destaca su ensalada de alcachofas con jamón ibérico.

Estamos en zona costera, por lo que también hay presencia de pescados como el rape a la brasa con patata ratte asada, oliva negra y romesco. Las anchoas 00 con pan de algas y mantequilla de plancton. Las ostras a la brasa con salsa de ternera y sake.

No pueden faltar arroces variados entre los que encontramos el caldero del Mar Menor con alioli de ajo negro o algún arroz más creativo como el arroz cremoso de pollo y queso Sant Felicien.

El restaurante se encuentra en la parte superior del edificio con unas fantásticas vistas del Puerto de Cartagena. Está presidido por una gran barra de sushi en la que los clientes se pueden sentar a tomar alguno de sus platos. Su decoración es elegante y cálida y dispone de varios salones y reservados, además de una terraza cerrada con vistas al mar que en invierno se comparte con la zona de tardeo donde fluye música, coctelería y gastronomía.

Con todos estos vientos soplando a su favor, le auguramos un largo y fructífero viaje a este buque gastronómico y de ocio que mira y vive hacia el Mare Nostrum, o lo que es lo mismo, que vive y mira hacia a nuestro querido Mar Meditérraneo.