Charolais, imprescindible restaurante de Fuengirola, es un fiel reflejo de su creador, Florentino Morillo Doblas, más conocido por sus amigos como Floren, amante de la gastronomía, excelente cocinero, y uno de los empresarios de hostelería más comprometidos con su oficio y con más vocación de los que conozco.
Floren, que nació en Málaga pero ha trabajado muchos años en el País Vasco, ha transmitido a los fogones de Charolais sus orígenes andaluces y sus influencias vascas, que conviven de manera natural, ofreciendo una cocina en donde prima el excelente producto y los sabores rotundos que salen de la mano de un buen cocinero. La carta es clásica, aunque puesta al día con acierto, y de clara inspiración vasca, con algún que otro toque malagueño, y una bodega excepcional.
En Charolais se ven platos poco habituales en otros restaurantes de la Costa del Sol, como las míticas "cocochas" de merluza, que las preparan muy ricas rebozadas y fritas, pero que alcanzan el calificativo de sublimes al "pil pil", realmente espectacular, con su salsa trabada, en donde la gelatina de la "cococha" está perfectamente ligada con el aceite y con el sabor de los ajos laminados sofritos... Es una auténtica delicia, y una receta en la que la mano del cocinero es uno de los ingredientes principales para conseguir tanta finura.To
Algo similar ocurre con el tartar de salmón y aguacate, aliñado a la perfección y, un ejemplo en cuanto a equilibrio de sabores, y en donde cada elemento encaja, como en un puzle, con el resto. El milhojas de foie con queso membrillo y manzana es, partiendo de un foie casero excepcional, otro plato redondo que juega con sabores dulces, ácidos y salados, combinados con diferentes texturas, en donde ningún ingrediente resalta en exceso y, al final todos ganan.
Volviendo a las influencias vascas, el "txangurro" de centollo no podía faltar, y en Charolais lo bordan. Como es norma de la casa, utilizan excelente producto, en este caso centollos frescos, es decir vivos, para su elaboración, y a continuación, la buena mano del cocinero, con la cebollita pochada en su punto por aquí, el toque de tomate por allá... y al final otro plato lleno de sabor. Las carnes, tanto chuletón como solomillo, son magníficas, al igual que las "chuletitas" de cordero, elaboradas a la brasa, de finísimo sabor y preparadas para comerlas con la mano, que, como todos sabemos, saben mejor.
Los platos de cuchara, que suelen asomarse a las sugerencias del día, son otro punto fuerte, como los garbanzos con pulpo o las pochas con almejas. Y cuando comienza el buen tiempo no puede faltar la "porra antequerana", exquisito plato muy parecido al salmorejo cordobés. Los postres, que mantienen el sobresaliente nivel de Charolais, no pueden faltar, sobre todo el "tocino de cielo" y el "tiramisú", que se acerca a la perfección, y supera ampliamente a la mayoría de los "auténticos" italianos.
Charolais cuenta con varios ambientes, terraza, zona de tapeo, pero es ante todo un restaurante para disfrutar de la gastronomía, redescubrir la cocina clásica de producto, del buen cocinero artesano... de la cocina de verdad.
Calle Larga, 14
29640 Fuengirola Málaga
España