En 2011, tres amigos que no provenían del mundo de la restauración pero que tenían la voluntad de iniciar un proyecto común abrieron El Doll, un bar restaurante con una peculiaridad: diez surtidores de cerveza que funcionan a modo de autoservicio mediante una tarjeta prepago. Para acompañar la cerveza optaron por una pareja infalible: las tapas.
Cinco años después, este local, ubicado justo en la entrada del casco antiguo de Girona, ha ido introduciendo nuevo platos, pensados para degustar con calma alrededor de una mesa, pero no ha querido olvidarse de su esencia primigenia, la tapa y la cerveza.
Para ello, sus responsables han optado por dividir el local en dos espacios. Al fondo encontramos la zona de restaurante, con mesas bajas y un ambiente pausado, mientras que en la entrada nos reciben con taburetes altos alrededor de los surtidores de cerveza. "Es un espacio pensado para provocar la interlocución entre la gente y la relación social", dice Berna Córdoba, uno de los artífices de El Doll, y asegura que aquí han nacido grandes relaciones de amistad y de amor.
De tapeo rápido
La división de espacios también se hace patente en su oferta gastronómica, que cuenta con dos cartas. En la zona de bar se pueden degustar tapas tradicionales como los calamares a la romana, los chipirones a la andaluza, la tortilla de patatas y el pulpo a la gallega. Sin olvidar sus tapas estrella, las patatas bravas y los bastoncitos de pollo. Su éxito reside en la salsa que las acompaña, una receta que en El Doll se encargan de guardar bajo llave.
También ofrecen croquetas caseras de setas, gambas, jamón y de gorgonzola con nueces, e incorporan ensaladas y platos fríos como la coca de recapte con queso gratinado o los surtidos de embutidos y quesos, todos elaborados en la provincia de Girona.
En la mesa, sin prisas
Algunas de estas tapas se mantienen en la carta de la zona de restaurante, aunque allí la oferta contempla entrantes como los canelones de setas y de marisco, la terrina de foie con mermelada de manzana, los mejillones gratinados a la muselina de ajo y las almejas frescas con salsa verde.
Los que deseen disfrutar de una comilona bien completa pueden decantarse por sus carnes de Girona, que se preparan al gusto sobre una piedra caliente. También hay pescados, que varían según mercado, aunque nunca falta el bacalao, ya sea frito, a la muselina o con sanfaina.
En El Doll también escuchan las peticiones de su clientela vegetariana y proponen platos que se ajustan a sus necesidades como las albóndigas de tofu o las verduras a la piedra. Y como la cerveza es la reina del local, ésta la utilizan para preparar algunas de sus tapas como los choricitos, las alitas de pollo, la butifarra con setas, que cuecen al horno con cerveza, y el lomo El Doll, que acompañan con una salsa ideal para los amantes del lúpulo y la cebada.
Para cerrar, no es mala idea escoger alguno de sus postres caseros como el helado de menta, el tiramisú, los flanes de ratafia o de coco, y el postre Doll, una novedad que combina helado de turrón, crema catalana, almendra tostada y chocolate.
Música de aniversario
Para los responsables de El Doll, la gastronomía y la música son cultura y tienen claro que estas dos disciplinas conforman un binomio infalible. Este verano han organizado cenas acompañadas de música en directo y para la celebración de su quinto aniversario, el próximo sábado 17 de septiembre, han preparado una fiesta especial que contará con los conciertos, entre otros, de Ramon Mitjaneta, The Taffaners y The Seventies.
La fiesta no podía celebrarse en un entorno mejor, en la terraza del restaurante, justo al lado de las escalinatas que conducen a la parte más bella y fascinante de la antigua Girona. Y estará presidida, como era de esperar, por algunos de los emblemáticos surtidores de cerveza del local.
Pujada Sant Fèlix, 21
Girona Girona
España