La Sole del Pimpi

Esta es la propuesta de La Sole que ha cautivado a todos: usar productos autóctonos de Málaga y Andalucía para fusionar lo de aquí con los sabores y técnicas de Oriente. Los subtropicales de la comarca de la Axarquía, los cítricos del Valle del Guadalhorce o los aoves malagueños son solo algunos de los productos con los que hacer un guiño a lo más autóctono para aunar tradición y vanguardia teniendo siempre presente la esencia del producto andaluz. Como dicen en su carta, “De Osaka a Coín, tú pídeme”, y es que la fusión entre el mejor producto local y los sabores asiáticos han dejado huella en Málaga con este restaurante que apuesta, además por el comercio justo como una forma de colaborar con los pequeños productores de la provincia.

Entre los platos más especiales que La Sole del Pimpi ofrece en su carta están los makis Dulce de la Axarquía, con aguacate, atún, foie caramelizado, teriyaki de PX y almendra crujiente, o sus nigiris ibéricos de atún y esencia de jamón de castaña. El tartar clásico de atún de Barbate y aliños japoneses y el tataki de montaña, de atún rojo y vinagreta de trufa, también son otros de los platos que hay que probar. Su poké con pescado del día y mango picante y su sashimi de Huelin, elaborado con salmón, atún y pez limón, son también platos donde se aprecia la elegancia de la cocina de La Sole.

La Sole ha cambiado de tercio en los últimos días y de su salón, que tiene que estar cerrado por seguridad sanitaria, ha bajado a la terraza de El Pimpi, compartiendo espacio con su otra mitad gastronómica, de modo que quien se acerque hasta calle Alcazabilla tendrá la oportunidad de disfrutar de una fusión japomalagueña de extremada calidad al fresquito de las noches malagueñas y con vistas al Teatro Romano.

La reinvención de este establecimiento en las circunstancias actuales ha pasado por dar servicio a domicilio, tanto de La Sole como de El Pimpi, una iniciativa que los malagueños han acogido con mucho éxito. Con una carta adaptada al formato delivery, ambos establecimientos han conseguido que los malagueños sigan degustando sus especialidades en casa.

Durante el confinamiento, la labor del equipo de La Sole y El Pimpi ha ido mucho más allá de la organización interna para volver a darnos lo mejor. Su actividad social se ha incrementado en estas semanas de confinamiento y han colaborado activamente en actividades solidarias desde la Fundación El Pimpi. El Banco de Alimentos y la Asociación Lagunillas han recibido toda la producción de las huertas que el grupo tiene en el Valle del Guadalhorce y de las que abastecen a sus restaurantes. Además, han hecho distintas recaudaciones de fondos para adquirir productos no perecederos que complementasen la distribución de los frescos de la huerta y se han encargado de dotar de mascarillas a personas con recursos limitados.

Ahora que todo va volviendo muy poco a poco a la normalidad y que por fin La Sole vuelve a darnos la bienvenida, es tiempo de celebrar algunas cosas, por ejemplo, el hecho de que empecemos a disfrutar de las terrazas de nuestros restaurantes favoritos. Después de tantas semanas privándonos de uno de los establecimientos más especiales del centro de Málaga es momento de disfrutar de sus platos y de su propuesta gastronómica. ¿Te apetece?