Agua Loca

Sus paredes azuladas, sus lámparas de cuerda, sus redes de pescadores por doquier e incluso el olor que emana de su cocina desprende mar en mayúsculas, mar por los cuatro costados. Y es que su proximidad al puerto de Valencia y el origen italo-mediterráneo de sus propietarios, no lleva a confusión. La idea de negocio de Luciano Barbato y Andrea Monti estaba clara desde el inicio. Querían que los clientes entendiesen su cocina tal y como la ven ellos, como algo pasional y con una base de fuertes raíces marineras que recuerdan sus orígenes en Italia. Y, sin lugar a dudas, van camino de conseguirlo.

Trabajan el buen producto, tienen la base de una cocina casera y, sobre todo y lo más importante, hecha al momento. Desde cualquier salsa hasta la pasta, pasando por una amplia variedad de pescados y mariscos, salen de la cocina del chef Luciano. Así, él presume de tener una máquina para elaborar artesanalmente la pasta con casi 50 años de antigüedad. Sin duda, la joya más preciada de este cocinero napolitano que lleva desde muy joven dedicado a la gastronomía. Antes en su Nápoles natal, ahora en la Valencia marinera. Todo un reto el que tiene por delante ya que esta zona está en plena evolución de restaurantes, tabernas y bares con diferentes propuestas. Pero Luciano sabe lo que tiene entre manos y cuenta con la seguridad de que su cocina va a gustar y mucho, de hecho el pulso de sus primeros clientes así lo constata.

Estamos pues ante un concepto popular y asequible inspirado principalmente en la cocina italiana pero que incorpora guiños a la tradición española a través, por ejemplo, de platos de tapeo como la puntilla o las bravas. Su carta, prácticamente monotemática en torno al producto marino, arranca con las llamadas “tapas de mar” y por ahí precisamente empezó nuestro viaje gastronómico por Agua Loca.

Fue un placer comer allí, Luciano y Andrea logran trasmitirte su pasión y que sientas cada plato con el verdadero sentido que ellos le quieren dar. Para abrir boca, como ya hemos comentado, probamos su tartar de gambas compuesto por un carpaccio de tomate, gambas, queso cremoso, hierba cipollino y crumble de pan crujiente. Como especialidad de la casa, tampoco pudimos resistirnos a la fritura “Imperial”, todo un festín de producto fresco a base de calamares, gambones, bacalao, pescadilla, boquerón y pulpo. Su resultado crujiente y dorado es imposible que deje indiferente a quien lo pruebe. Como plato principal nos dejamos aconsejar y aquí fue cuando Luciano sacó su artillería pesada. Unos ricos ‘Spaghetti al sabor del mar’, elaborados siguiendo el recetario napolitano: marisco, gambas, pescado del día y tomates cherry. Y si esto no fuera poco, todavía nos quedaba otra de sus especialidades y uno de los platos más demandados por los clientes: una burger gourmet de pulpo muy jugosa y muy alejada de lo convencional. Y todo esto regado con vinos valencianos ligeros y muy aromáticos. Una combinación perfecta. ¿De postre? Tiramisú. Dulce y exquisito final.

Aunque en un muy segundo plano, la carta también incluye algunas propuestas “más de tierra” tal y como llaman ellos. Por ejemplo, las pappardelle con setas y crema de trufa o el clásico entrecote a la plancha con verduras de la huerta.

Sin duda, un lugar que va a dar y mucho que hablar. Le auguramos grandes éxitos, resultado de su buen hacer en cocina, su trato cercano con el cliente y la complicidad que emana de todo el equipo. No lo dudes, anímate y déjate envolver por los aires marineros tanto del enclave como de la gastronomía de Agua Loca.