“Desde siempre hemos tenido negocio en Cambrils. Los orígenes se remontan al emplazamiento antiguo, el de la plaza del Pòsit, dónde hoy tenemos nuestro restaurante nuevo. Hace 15 años abrimos el de la plaza Mossèn Joan Batalla, 3, que se ha ido afianzando como restaurante, al ampliar la carta de productos”, resume el director de recursos humanos y márquetin de la empresa, Ángel Pérez, de la segunda generación. Junto a él, también están María José, Mari Carmen, Antonio José, Susana, Yolanda, Judit y Andrés, con responsabilidades diferentes en el negocio familiar. Al igual que la primera generación de socios (y hermanos), formada por Antonio, Adolfina, María y Herminia, la familia ha querido seguir labrándose un porvenir en el sector de la restauración.
El recién abierto Bar del Pòsit pretende dar un paso más allá en el concepto de bar: no tiene barra y se arriesga a ofrecer una comida sostenible 100% ecológica, con productos de la zona y de temporada. “Aquí ya no te encuentras el picoteo de calamares y pescaditos, aquellos productos de la lonja que recuerdan nuestros orígenes u otros locales nuestros. Tenemos un enfoque concienciado en lo natural, en las necesidades de los nuevos públicos –como los millenials–, en saber qué es lo que comes, tener en cuenta otras opciones de alimentación (vegetariana, vegana, etc.), sin olvidar los alérgenos, claro”, completa. Por eso, se puede encontrar en la carta una selección de zumos naturales (como el de espinacas o el de semillas de lino), e incluso infusiones y café ecológicos.
La empresa tiene cierto recorrido en la búsqueda de alternativas culinarias más respetuosas con el medio ambiente. Hay que recordar que El Pòsit del Serrallo fue distinguido con el Segell Blau d’Agbar Honorífic como restaurante más sostenible, en el marco del programa ‘Joc de cartes’.
Calle Pescadors, 27
Cambrils Tarragona
España
De un vistazo
A través de una carta detallada y con elaboraciones sencillas para compartir, el comensal puede ver de un vistazo lo que quiere. Los precios son asequibles, están entre los 15 y 20 euros por persona. No hay menú y, la variedad está servida: se puede optar por platillos para picar, ensaladas, caldos, bols de comida variada con pescado carne o pasta, brasas con una sección variada de mejillones, surtido extenso de panes (bocadillos), cocas y una selección de postres interesante. Para todos los gustos. “Nuestro horario es de 11 de la mañana a 1 de la madrugada, con lo que nos permite experimentar con el aperitivo por la mañana y con cócteles y combinados por la noche”, destaca Pérez.
La carta también interactúa, por así decirlo, con el cliente, puesto que incorpora códigos QR para poder chequear con el teléfono cuáles son los ingredientes del plato a investigar y su aspecto. A parte de la página web y las redes sociales, recientemente han lanzado una app con la que se pueden formalizar pedidos para llevar a casa (que permite un 15% de descuento). “Solo has de indicar a qué hora vendrás a recogerlo, no tendrás que hacer cola y el pago ya lo has realizado con anterioridad”, acota. Desde luego, no se quedan atrás con las nuevas tecnologías. Tienen hasta lista de reproducción de Spotify.
Cada una de las elaboraciones de la carta responde a un proceso minucioso y estandarizado. “Antonio José y yo nos ocupamos de la gestión en general y apostamos desde hace mucho por la creatividad de cocineros externos y de renombre. Nosotros no somos cocineros, pero tenemos el control de nuestra cocina. Trabajamos con fichas técnicas. Prácticamente toda nuestra carta se ha elaborado con el apoyo de diferentes cocineros que nos han creado los platos. Los hacen bajo nuestras directrices. Una vez realizadas las propuestas, nosotros las validamos y las incluimos en la carta. Siempre a la vanguardia de la cocina saludable”, dice Pérez.
Cosecha propia
‘Cosecha propia’ sería otro ítem que caracteriza la cocina del Bar del Pòsit. Ellos crean su propio hummus clásico con chips de verdura, los nachos caseros y el guacamole, entre otros. “Queremos diferenciarnos de los demás, ser únicos, a través de elaboración propia”, manifiesta. Todo ello, lo gestiona el equipo de cocina, formado por siete personas. El servicio lo completan los trabajadores de sala, con unos nueve profesionales.
El Bar del Pòsit también tiene vinos propios. “Con el apoyo de la enóloga del celler Ronadelles Eva Prim, hemos creado nuestros propios vinos, que maridan muy bien con nuestra carta y manera de pensar. Son de calidad y tienen precio aceptable. Son vinos biodinámicos, que va más allá de lo ecológico, propios de la DO Montsant, aunque no tienen ni la denominación ni el sello biodinámico. Eso encarecería el producto”, detalla. De hecho, el establecimiento tiene dedicado un espacio a las referencias vinícolas, que también se pueden adquirir a través de la tienda online del Bar del Pòsit.
Contrastes y sorpresas
Tras la charla de rigor, la cocinera Mercè Prado nos descubre la aventura gastronómica que se encierra entre los fogones del Bar del Pòsit. Empieza con un plato frío y resultón. Una ensalada de tomates Cherry y algas con cebolla caramelizada (vegetariano y sin gluten). Hay tres tipos de alga (codium, gracilaria y nori), que le dan un toque exótico al plato. Junto a la cebolla confitada, el concentrado de tomate y la vinagreta el paladar sucumbe al contraste. “Mi recomendación es que antes de comer, lo mezclemos bien para que emulsione todo”, aconseja Prado. La reacción con esta ensalada es de sorpresa, explica Prado, “no se esperan tantos sabores”. “Las algas, además, aportan vitaminas, antioxidantes y minerales beneficiosos para la salud”, añade.
El segundo plato: Ribs de Duroc mediterráneas. “Tenemos la carne 16 horas cocinándose a baja temperatura. Gracias a eso, obtenemos una consistencias muy melosa”, dice. Y es cierto, la carne prácticamente se deshace en la boca. La cocción la hacen junto con una salsa elaborada a partir de hierbas. “La carne la dejamos macerando dentro de una bolsa de cocción para que se confite en su propio jugo. Así, no perdemos propiedades”, prosigue. Sin duda, una buena elección.
Cogemos fuerzas con otra ensalada. La de garbanzos con feta y Chutney (sin gluten). Siguiendo la estela del negocio –platos sanos y muy sencillos– los garbanzos con espinacas realmente acaban sorprendiendo. “Es por el toque que le da el queso Feta, que marinamos nosotros mismos, y al que añadimos una serie de especias. No probarás ninguno igual”, asegura la experta. El toque simpático se lo da el Chutney, una serie de especias dulces y picantes originarias de la India, toda una tendencia. “Es una receta básica de allí, es como una mermelada pero especiada. No es como la de aquí, sino que lleva jengibre y anís estrellado", enumera algunos de los ingredientes.
La coca con atún rojo Balfegó acude a la mesa para desmontarnos el concepto de tostada. Se trata de una masa quebrada a la que le han añadido un sofrito clásico y atún en crudo. Un acierto para los amantes de los carpaccios. Para añadirle el toque clásico (y hacer un guiño a las jornadas gastronómicas de los Fideus Rossos de Cambrils), nos incluyen en la selección de platos unos ‘fideus rossos’ a la brasa, servidos como si de unos caragols ‘a la llauna’ se tratara.
Para despedirnos, no podía faltar un arroz. Un meloso con cangrejo azul del Delta de l’Ebre. No es un plato cualquiera, puesto que incluye a un gran desconocido: “El cangrejo azul es invasivo, vino a alimentarse de nuestros mejillones, ostras y cigalas del Delta. Con esa dieta, el crustáceo ha de estar sabroso sí o sí”, apunta la cocinera.
Con un toque crujiente y dulce le damos punto y final al viaje culinario. Nos transportamos a la infancia con pan con chocolate, aceite y sal. Parece fácil, pero es que ¡hasta el chocolate lo elaboran en la cocina del Bar del Pòsit!
Fotos: Xavi Jurio.