El barrio de Sant Gervasi de Barcelona queda fuera de los circuitos habituales a la hora de salir a comer o cenar. Pero no por ello está carente de buenos restaurantes. Un ejemplo perfecto es el Guana.
La idea original en el momento de su creación fue poner en marcha un local que fuera algo más allá del concepto de la comida en sí misma, conseguir un ambiente donde los comensales se sintieran como en su casa y, además de disfrutar con la calidad y preparación de los platos, pudieran compartir una buena sobremesa.
Con el paso del tiempo, podemos asegurar que los objetivos fundacionales se han cumplido con creces. El local, en un lugar tranquilo del barrio, está dotado de amplios ventanales que durante el día le otorgan gran luminosidad y, a cualquier hora, permiten observar el ritmo de la calle mientras se come. Está decorado de manera agradable, cómoda y moderna, con una enorme foto de Barcelona que cubre una de sus paredes.
En lo gastronómico, dan máxima importancia al producto de temporada y de proximidad, con una carta marcada fuertemente por recetas tradicionales que nos recuerdan los sabores de la cocina de siempre, sana y honesta.
Excelentes tapas, entre las que no podemos dejar de probar los buñuelos de bacalao caseros con mermelada de tomate, los bombones de rabo de toro, la crème de foie con carquiñolis y pomada de tomate al aroma de vainilla, la ensaladilla rusa del Guana con sus picos o los huevos estrellados con jamón o con foie, todo acompañado de la excelente coca de Folgueroles con tomate de colgar.
Entre los platos “del huerto”, tomate raff escalibado con ventresca de atún, o mini verduras en tempura con aguacate, mascarpone y mayonesa de wasabi.
Pasando a platos más contundentes, marmitako de bonito envuelto en alga nori y en tempura con “peta zeta”; tuétano a la brasa con tartar de ventresca de atún y velo de panceta ibérica de bellota; pescado del día recién traído de la lonja, a la donostiarra o con verduritas; costillitas de cabrito rebozadas en panko, salsa wasabi, salteado de espinacas y bol de patatas paja; rabo de toro desmigado al vino con parmentier de patata o cochinillo cocinado durante 36 horas a baja temperatura con capuccino de calabaza.
Para grupos, ofrecen también tres menús distintos a base de pica-pica para compartir como primero, un segundo plato a elegir y postre.
Y por las noches, haciendo honor al espíritu de las buenas sobremesas, el servicio de bar se mantiene abierto hasta más allá de las dos de la madrugada para compartir unas bebidas mientras se disfruta de una amigable conversación sobre el suave fondo de música de jazz.
Come, relájate y disfruta. Hay que aprovechar los momentos en que la vida se nos muestra con alguna de sus buenas caras.
Laforja, 60
Barcelona Barcelona
España