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Hace casi una década, Isabella Heseltine abrió en la calle Ganduxer un restaurante llamado Isabella’s, pensado para traer la cocina tradicional y de mercado italiana a Barcelona. Hoy, bajo este nombre, se encuentra un grupo de restauración familiar en constante crecimiento que nos abre las puertas de su más reciente incorporación, el restaurante Harry’s.
Ubicado en el precioso Pasaje de la Concepción, un pequeño enclave gastronómico situado a dos pasos del Paseo de Gracia, Harry’s hace una nueva apuesta por acercarnos al recetario italiano, aunque con algunas novedades. El confinamiento del mes de marzo frenó su inauguración, pero tras su puesta en marcha a finales de verano ya no han parado, reforzados por una clientela fiel que les sigue en todas sus aperturas.
Experiencia en la mesa
Los que conozcan la oferta gastronómica de Isabella’s encontraran aquí algunos de sus clásicos como los spaghetti alla carbonara, un plato que se presenta dentro de un queso parmesano de grandes dimensiones y que el camarero nos sirve haciendo gala de una auténtica destreza. Se rompe el huevo sobre la pasta y se va mezclando y rozando con el interior del queso para que se embriague con su sabor. Al final, se enrollan todos los spaghetti con un tenedor y se sirven en modo nido. Una experiencia en la mesa y en nuestra boca porque su sabor es exquisito. El guanciale, una chacina de origen italiano, es el otro gran secreto de este plato.
Tampoco falta la tagliata de solomillo de ternera con parmesano y romero, otro clásico de Isabella’s, que también nos sirven mediante todo un ritual, con humo incluido, que potencia los aromas del romero. “A estos platos que siempre gustan, hemos añadido otras propuestas nuevas, pero sin salir de nuestro modelo de cocina italiana con mucha influencia mediterránea”, explica Marco Gari, hijo de Isabella y uno de los responsables del grupo.
Recién llegados a la carta
Entre estas novedades hay propuestas para picar como las croquetas de rabo de toro y pecorino trufado; entrantes como la tortilla a la carbonara trufada; y platos de pasta, siempre artesana, como los fetuccini Alfredo, que se elaboran con mantequilla, crema y cebolla, tan sencillos de cocinar como sabrosos, o los fetuccini con múrgulas. En la oferta de segundos, merecen mención especial la lubina a la sal, el bogavante de Formentera con patatas o la impresionante oreja de elefante, una buena tajada de carne de cordero lechal rebozada, apta para compartir.
Y es que en Harry’s, los platos son muy abundantes, por lo que podemos solucionar una comida con un solo plato de pasta o carne o regalarnos una auténtica comilona degustando diversos platos de la carta, elaborados siempre con ingredientes cuidadamente seleccionados. Además, ofrecen un servicio de cocina ininterrumpida por lo que cualquier momento es bueno para visitarlos y disfrutar de sus cómodos sofás y de un interiorismo que nos remite a los más modernos restaurantes neoyorquinos.
Carácter internacional
Con esta propuesta, Harry’s quiere atraer por igual al público local y al internacional que, una vez superada la pandemia, se espera que vuelva a poblar una zona tan turística y comercial como es el cercano Paseo de Gracia. Una pandemia que, de momento, tampoco les ha dejado poner en marcha su servicio de noche, ya que quieren ofrecer sesiones de DJ y copas los viernes y sábados, hasta las 3 de la mañana. Todo llegará.
Tampoco se han lanzado al delivery ni al take away, aunque es un servicio que no descartan implementar más adelante. “Acabamos de empezar y hay que cuidar el cliente en mesa, queremos que la experiencia para aquellos que vienen al restaurante sea de 10”, comenta Gari. Y lo es. El restaurante registra llenos absolutos, siempre adaptados a las restricciones del momento. Es la suerte de tener un público fiel, pero también de saber conquistar a la nueva clientela con algo aparentemente tan sencillo como ofrecer un producto bien cuidado y unas elaboraciones bien ejecutadas. Una fórmula que se aplica en Harry’s, pero también en los más longevos Isabella’s y Bella’s, y que, seguro, funcionará en las nuevas aventuras gastronómicas que prepara el grupo. En este caso, frente al mar.
Fotos: Marta Becerra.
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