Jeribeque

En Las Rozas, en la zona de El Cantizal, se sitúa una de las neotabernas que más está dando que hablar estos últimos meses: Jeribeque. Lo primero que llama la atención es su cuidado diseño de interiores, detrás de la reforma del local han estado Paloma Barrientos y Cristina Aymerich. Las dos, con experiencias previas en locales de tanto prestigio como Café Comercial o La China Mandarina, han conseguido crear un espacio cálido y confortable. Ayuda a ello multitud de materiales naturales, desde el suelo de pino pintado hasta el cuero de la barra. El mostrador es uno de sus grandes aciertos, dando servicio tanto al interior como al exterior. 360 grados para ofrecer una cocina informal, repleta de grandes platillos que los sitúa como uno de los mejores hotspot del municipio.

Un lugar donde detenerse y disfrutar del picoteo sin medida. Aquí se viene a compartir y a disfrutar de algunas de las mejores elaboraciones del centro y norte de la península. “Queríamos que el concepto fuera norteño”, explica Barrientos, que además de arquitecta es uno de los cuatro socios del local. Por las mesas altas desfilan unos pimientos de Padrón deliciosos, con ese punto picante que pide a gritos empezar con una buena cerveza de grifo, tirada a la manera castiza, dejando reposar. Otro imprescindible para poner en el centro de la mesa y dar buena cuenta de ello, a cuatro manos, son las patatas al quesu, con un cabrales importado directamente de Bulnes; los torreznos de Soria, bien churruscados; las rabas, receta importada de Santander; o el trío de croquetas, combinación ganadora que alterna cabrales, chipirones y jamón.

Ya puestos en faena, merece la pena dar buena cuenta del mundo ensaladillas. Un formato que dominan como pocos. Probamos la de encurtidos, elaborada con remolacha, mostaza, manzana, mahonesa, pepinillo y arenques, la nota que termina de darle ese punto salado tan característico y especial. A su lado, una ensalada para complementar. La Jeribeque se compone de canónigos, tomate, queso Idiazabal y cecina de León. De momento, el condumio va por muy buen camino. En las mesas de fuera, en la terraza, plagada de vecinos que estaban esperando como agua de Mayo un espacio de este tipo, vemos cómo las tablas de lacón, lomo ibérico o quesos (con una selección de Roncal, Arzúa, Taramundi y Azul) son la nota predominante.

Como buenos norteños no pueden faltar los pintxos. Dos de ellos llaman nuestra atención, el primero el de bacalao, con un rebozado muy suave, casi cristalino, al que corona una piparra; el segundo apuesta por una dúo imbatible, sobrasada mallorquina y queso navarro. Hamburguesas, bocatines y demás entrepanes terminan de definir una carta que nos comentan se encuentra en continua expansión. Dando salida a clásicos y no tan clásicos de nuestra gastronomía. Su horario extendido permite que los desayunos, en los que lo mismo se puede probar unos huevos benedictine que un esponjoso bizcocho casero, también sean uno de sus fuertes.

Por último, preguntamos a Barrientos: ¿Qué significa Jeribeque? “Mi hermano, que es otro de los socios del negocio, siempre andaba utilizando la palabra. Hacer jeribeques, que significa levantar la mano. Hacer aspavientos. Nos parecía una palabra que venía muy bien si la asociamos al concepto de barra”. De esta manera, Jeribeque se ha hecho un nombre en el noroeste de la capital donde cada dia suena mas. ¡Y nosotros lo celebramos!