Ca la Nuri continúa ampliando la familia y lo hace con la apertura de Sal Mar, un restaurante que refuerza su presencia en el Paseo Marítimo de Barcelona. Este grupo de restauración, gestionado con cercanía y empeño por diversas generaciones de la familia Noguera, vuelve a apostar por esta ubicación playera que conocen al dedillo y por su espíritu gastronómico mediterráneo, aunque esta vez su propuesta venga cargada de nuevos matices y nos invite a hacer incursiones en nuevos sabores.
Sal Mar se ubica a pocos pasos de la playa y esa cercanía con el mar, junto con su enorme terraza exterior que nos permite disfrutar de las vistas, es su primera arma de seducción. La segunda, y primordial, es una carta que mira hacia los clásicos de Ca la Nuri, esos que nunca fallan en un entorno marinero como las tapas y los arroces, pero que incorpora recetas con “un toque de fusión y un carácter más joven, cosmopolita y moderno”, tal y como explican sus responsables. Una propuesta que deja a un lado los manteles de tela a los que nos tienen acostumbrados, y que nos invita a disfrutar de una cierta informalidad.
Cuestión de tapas
La carta abre con “las tapas de siempre” o, lo que es lo mismo, las eternamente deseadas patatas bravas, las tradicionales croquetas de jamón ibérico o de chipirón en su tinta, y los mejillones a la marinera. Entre estos clásicos tampoco podían faltar los calamares a la andaluza, que en Sal Mar acompañan con una ligera y suave de mayonesa de wasabi, una combinación acertada que además confirma su nueva mirada hacia esa fusión gustativa.
Las licencias más creativas respecto a las recetas habituales del grupo las encontramos en “las tapas Sal Mar”, donde la influencia de la cocina internacional toma forma con propuestas como el trio de tacos de pollo o las brochetas de langostino crujientes con salsa tártara asiática. Perfectas son las navajas con ralladura de lima, un plato técnicamente sencillo pero que destaca por el buen producto; y también la berenjena con queso, sobrasada y miel, que preparan directamente a la llama, con esos ingredientes que nos remiten a la despensa balear.
Buscando lo saludable
En Sal Mar también se suman a una tendencia cada vez más presente en los restaurantes y chiringuitos de playa, la apuesta por platos más saludables. La carta dedica un espacio a las propuestas verdes y frescas, que buscan alejarse de las ensaladas aburridas con combinaciones más motivadoras: burrata con tomate de temporada y fresones; espinacas y aguacate, con una vinagreta de sésamo que busca remitirnos a los sabores orientales; o carpaccio de pulpo con tomate seco y brotes de espinacas, un plato ligero pero que sirven en raciones muy generosas, como es habitual en la casa.
Entre las propuestas de mar y montaña encontramos dos opciones clásicas para los que no quieran quebraderos de cabeza: la dorada a la plancha o el entrecot de vaca madurada. Si preferimos adentrarnos en esos mencionados sabores internacionales podemos optar por el salmón con arroz salvaje y salsa teriyaki, con una clara influencia japonesa; el bacalao confitado con hummus y chips de kale, dos guarniciones que hacen un guiño a la modernidad healthy; y las hamburguesas, de ternera black angus o de proteína de soja Heura, según nos apetezca.
Identidad frente al mar
Por fin llegamos a los arroces, seña identidad de la familia Ca la Nuri, con su paella del señorito, por si tenemos el día perezoso; el arroz negro con pulpo, calamar y alioli; la fideuá con butifarra y sepia, para los habituales del mar y montaña; y el arroz de verduras y shiitakes, pensando en esa clientela vegetariana. Como novedad, incorporan un arroz de temporada, que cambiará cada dos semanas según lo que provea el mercado. El que busque la mítica paella Ca la Nuri de marisco no la encontrará, tendrá que desplazarse hasta su restaurante Arrozal, inaugurado hace pocos meses en la Zona Franca, o avanzar unos metros más por el litoral barcelonés y hacer parada en el restaurante Platja Ca la Nuri.
Un litoral marítimo compartido, que es un magnífico telón de fondo para las comidas y cenas de Sal Mar, pero también para esos momentos previos de vermut o para contemplar los atardeceres degustando algunas de sus tapas. Porque si algo quiere el equipo del restaurante es invitarnos a disfrutar de la comida, del relax y de esas sobremesas cerca del mar. Ya sea acompañados con una cerveza fresca, una kombucha ecológica o un cóctel, en Sal Mar huele a verano, huele a Mediterráneo.
Fotos: Marta Becerra