Workshop Del Cacique

Workshop, el nuevo hermano de El Cacique
Workshop Del Cacique
Workshop Del Cacique
9 Enero, 2018
Carlos Maribona
Un espacio muy informal, con una carta para todos los gustos y cocina ininterrumpida desde las once de la mañana hasta medianoche, donde también es posible tomarse una copa.

Hace más de cuarenta años que Jorge y Pilar Feldman, un matrimonio argentino, abría en Madrid El Cacique, un asador de carnes inspirado en los de su país natal y que rápidamente se hizo un hueco en la capital aprovechando la escasez que en aquellos años había de buenas parrillas para carnívoros, limitadas a algunos asadores vascos y navarros. Durante estas cuatro décadas largas, los Feldman han logrado una clientela muy fiel, que pasa de padres a hijos. Conscientes de que los tiempos cambian, en 2012 el primitivo comedor, decorado con innumerables objetos que recordaban a la Pampa argentina, se transformó por completo para darle un aire más actual, con el acero y la madera como protagonistas, tonos cálidos y cuidados juegos de luces. Imagen moderna y acogedora en la que ya no hay ningún detalle, salvo la propia carta, que recuerde a los clientes que El Cacique sigue siendo un buen asador argentino.

Dentro de esa modernización, en la que bastante han tenido que ver los hijos de los fundadores, surgió, en el local contiguo al del primitivo restaurante, El Caciquito, un espacio más informal, de precios asequibles, con cocina abierta de forma ininterrumpida desde las diez, lo que permite desayunar, picar algo a media mañana, tomar una copa o cenar. Un lugar pensado para atraer a un público más joven, con el atractivo añadido de una agradable terraza. El modelo funcionó bien y desde hace unos meses se ha replicado en un nuevo establecimiento, este Whorkshop a cuyo nombre se ha añadido la coletilla “del Cacique” para evitar confusiones. Está ubicado en la misma calle, Padre Damián, que los dos anteriores, pero algo alejado de aquellos. Para los que conozcan Madrid, Whorkshop está bastante cerca del estadio Bernabéu.

Como digo, esta nueva casa del grupo Cacique es una réplica de El Caciquito. Una confortable y amplia terraza y un gran local diáfano, de altos techos, muy luminoso gracias a sus grandes cristaleras, y con una decoración moderna y funcional. Al fondo, una larga barra pensada para la hora de las copas, y algunas mesas altas. Y alrededor las mesas bajas. Cocina que no cierra desde las once y media de la mañana hasta medianoche y una carta muy ecléctica en la que cabe un poco de todo, siempre en la línea de máxima informalidad que caracteriza esta casa y con precios contenidos. Lo mismo encontramos un apartado de latas de conserva y chacinas o una ensaladilla rusa o un salmorejo cordobés bien clásicos que un pad thai de pollo al estilo tailandés, un sándwich de pastrami neoyorquino o unas empanadillas de maíz inspiradas en las argentinas. Por supuesto no falta ni uno solo de los platos de moda en Madrid. Allí están los inevitables pulpo asado, ceviche, tataki de atún o hamburguesa. De todo y para todos los públicos.

A la hora de los platos principales, lo mejor de Whorkshop son las carnes. Al fin y al cabo esa es la especialidad de la casa madre. Está muy bien el lomo saltado al modo peruano, lo mismo que el taco de entrecot y la ternera fileteada con chimichurri. Rico también el secreto de ibérico, acompañado con buenas patatas fritas en gajos. Y para el que quiera algo más ligero, un carpaccio de solomillo. Los postres, por el contrario, carecen de interés. Todos los días se ofrecen un plato de cuchara, un pescado y una pasta fresca diferentes.

Pensando en que el local se encuentra en zona de oficinas, de martes a viernes al mediodía hay un atractivo menú, algo más caro de lo habitual pero que merece la pena. Primero, segundo y postre o café. Cuesta 16 o 18 euros, en función de los platos que se elijan entre las distintas opciones. Todos ellos están también en la carta, además de las sugerencias del día. Pueden ser, por ejemplo, un buen guiso de patatas con costilla, seguido de un secreto de ibérico que llega en el punto deseado (buen detalle preguntarlo previamente aunque se trate del menú) y como remate un sorbete de limón. No hay en este Whorkshop del Cacique nada que sorprenda, pero todo resulta correcto (salvo un café manifiestamente mejorable). No aspiran a más.

Calle de Padre Damián, 21
28036 Madrid Madrid
España

910 56 90 41

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