"Somos locales". Este es el lema del Bar Local, un proyecto familiar impulsado por los responsables del restaurante Els Pescadors, toda una institución en el barrio barcelonés de Poblenou. Aquí no degustaréis cocina marinera pero sí que encontraréis una propuesta gastronómica con entidad propia que se ha sabido impregnar del saber hacer y de la calidad de su hermano mayor. ¿Por qué son locales? "Entre otras cosas, queremos reivindicar que somos locales porque hace más de treinta y ocho años que trabajamos en el barrio", nos explica Marc Maulini, responsable, junto a su padre, de que este bar abriera hace poco más de un año.
De entrada, lo que os conquistará será su enorme y soleada terraza. Los que queráis huir del excesivo bullicio de la Rambla de Poblenou -a pocos metros del Bar Local-, aquí encontraréis vuestro refugio. La terraza invita a celebrar la hora del vermut y sus opciones son extensas: conservas, distintas variedades de aceitunas, anchoas, boquerones... Y tres ensaladillas: la local, con merluza y pepinillo; la escarlata, con remolacha y bonito; y la clásica rusa, con atún y huevo. Si os cuesta decidiros por una, optad por hacer un trío.
En el interior del local, las cosas son claras. Un espacio limpio, de aire minimalista, con grandes ventanales que lo riegan de luz y donde todo, incluyendo la cocina, está a la vista. "No queremos esconder nada", dice Maulini. Esa franqueza también la aplican a su carta. "Nuestra cocina no es simple pero es sencilla. No nos gusta hacer grandes florituras. Si utilizas buen producto, tienes que enseñarlo tal cual. La prioridad es que disfrutes de su sabor", añade.
Sin prisas, sin etiquetas
Hay bocadillos pero ya os podéis ir olvidando del habitual frankfurt o del recurrente lomo con queso. Sus tres especialidades seguro que os parecerán mucho más atractivas: el bocadillo de butifarra esparracada con alioli y tomillo, la hamburguesa de ternera y el bocadillo de bacalao frito con su mayonesa. Porque sí, la mayonesa, igual que todo lo que se sirve en el Bar Local, lo elaboran ellos mismos. "Somos muy estrictos en este aspecto", nos dicen.
De hecho, al leer su carta ya encontramos un aviso: "Todo lo que pidáis lo preparamos para vosotros, no lo hacemos rápido porque queremos hacerlo bien". Y es cierto, vale la pena esperar un ratito más para sumergirse en el resto de platillos que el chef Roger Nasarre elabora con mimo y dedicación. Desde los dados de salmón marinado con mascarpone, que se presentan regados con una vinagreta de miel y mostaza, hasta la alcachofa frita con foie y almendras. Mención aparte merece el lingote de morro con foie y patata. Imprescindible.
Si sois más de vegetales, tened en cuenta que trabajan con hortalizas ecológicas y con ellas preparan platos como el babaganoush, la crema de zanahoria o el bol de verduras salteadas -berenjena, calabacín, pimientos... y lo que el payés haya traído aquel día-. Y aunque su producto es de proximidad, no les gusta la etiqueta de "kilómetro cero". "Esto también nos hace locales. Nos gusta trabajar con el mejor producto, de más cerca. Lo primero es la calidad, después la procedencia. Si la anchoa tiene que ser del Cantábrico porque es más buena y no de L'Escala así será", sentencia Maulini.
Sus platillos son ideales para compartir entre dos personas. Y si os apuntáis a su menú de mediodía, además de un entrante, podréis preparar una especie de plato combinado con opciones para todos los gustos: carne, pescado de lonja, legumbres y verduras ecológicas. Otro detalle local: los vinos, tanto blancos como negros, provienen de cooperativas catalanas. Cercanía, calidad y mimo, tanto en el producto como en el proceso de elaboración. ¿Qué más se puede pedir?
Passeig del Calvell, 45
Poblenou
Barcelona Barcelona
España