En Cambrils, pueblo marinero de la costa de Tarragona, se halla desde 1969 un restaurante de cocina de autor y de mercado, Can Bosch. Su chef, Joan Bosch, ha dado lugar a una nueva definición a este tipo de gastronomía: la que es fruto de la constancia y sabe jugar con los clásicos para convertirlos en modernos. Pero siempre con el mejor producto de temporada.
Creaciones basadas en un dominio absoluto de la cocina tradicional. “Buscamos que el cliente se sienta como en casa y por eso hablamos con él, le explicamos los platos y, si lo desea, le hacemos alguna sugerencia”, explica Bosch. La familiaridad que reina tras los fogones se expande por el restaurante y desemboca en una cocina honesta y sincera. Mientras el comensal toma una cerveza, per ejemplo, no le ofrecen unas patatas o unas olivas, sino unas cintas de arroz fritas o unos bastoncillos de parmesano y de crujiente de gamba. "Si alguien ha tenido un mal día, seguro que con este snack conseguiremos que sonría o, por lo menos, que se relaje", dice.
El mar que lo envuelve juega un papel destacado en la cocina. El pescado y el marisco son productos fundamentales y de primera calidad, aunque no sólo de eso viven. La única premisa para que un plato forme parte de la carta de Can Bosch es que sea a base de productos de temporada y de calidad.
Eso explica que haya mantenido colgada durante más de 25 años la Estrella Michelin. Y no piensan dejarla escapar. Por eso se esfuerzan a diario por reciclarse. Joan hace cursillos a menudo y desde hace unos años, incluso se fabrican su propio pan. "Me hace muy feliz aprender y, sobre todo, estar todos los días con el equipo con el que cuento". Familia y tradición en una cocina de lujo.