Casa Aliaga

 En el Poble Nou barcelonés, muy cerca de la plaza de las Glorias, encontramos Casa Aliaga, un restaurante con una cocina tradicional basada en productos de primera calidad, trato familiar y muy buen servicio que nació fruto del sueño de Andrés Aliaga, gran gourmet.

El restaurante, que este 28 de enero celebra diez años, está dividido en varios espacios, todos ellos con un ambiente tranquilo y confortable. En el salón principal se puede ver, mientras se disfruta de la comida, cómo se elaboran los platos de manera tradicional a la leña de encina.

Otro espacio es el de la chimenea, muy acogedor con un enorme hogar bajo el arco de piedra que preside la sala, mientras que en la bodega, tal vez el más íntimo de los tres, los comensales se encuentran rodeados de algunos de los mejores vinos que se elaboran en casa nuestra.

Al frente de la cocina encontramos al chef y propietario Toni Aliaga, experto en todo tipo de recetas de cocina tradicional o con leña y que basa su filosofía en la utilización de productos de proximidad, ecológicos y bio-dinámicos.

Croquetas de la abuela, rape del cantábrico, arroz de bogavante, carnes del norte y los mejores productos de temporada, como las setas o las trufas son algunas de sus especialidades.

En la carta encontramos entrantes como la ventresca de atún hecha en casa a baja temperatura, berenjena escalibada y cebolla tierna marinada con soja; foie mi-cuit a la brasa o las verduritas a la brasa.

Capítulo aparte merece el arroz de bogavante, que se puede pedir seco o caldoso, especialidad de la casa y uno de los mejores arroces que se pueden comer en Barcelona o también la excelente fideuà de marisco. Varias preparaciones de bacalao, ya sea con langostinos al horno, con salsa de Cabrales y manzana o con trompetas de la muerte.

De “La Mar”, además de los pescados de la lonja para hacer a la brasa que se anuncian en la pizarra, destacan los calamarcitos de playa con habitas y romesco u otra de las especialidades Aliaga, el “sapito” del Cantábrico, un rape entero a la brasa con refrito de ajos. Cómo no, en un lugar en que son especialistas de la brasa, las carnes, ya sean costillitas de cabrito, filete o entrecot de ternera o chuletón de buey están para chuparse los dedos.

Buen surtido de postres como las trufas de chocolate tres texturas hechas en casa, mojitos de helado o la tarta de manzana con helado de vainilla. También disponen de cuatro menús diferentes para grupos.

Las noches de viernes y sábado son los momentos idóneos para disfrutar de otra de las especialidades de la casa, las tapas o, como ellos las han bautizado “Pura Tapa Aliaga”.

Dentro de este concepto tienen cabida tanto las tapas “de toda la vida”, como las bravas, los calamares a la andaluza, la esqueixada o la ensaladilla rusa, pero también otras más cosmopolitas y creativas, algunas pensadas para que los clientes interactúen con ellas. Por ejemplo, la “pelota ensalada”, una ensalada que se presenta dentro de una esfera que se abre por la mitad y que, una vez aliñada al gusto, se cierra y se sacude de forma que, al volver a abrirla, algunos ingredientes, como la remolacha, han cambiado de color.

Otras tapas innovadoras son la “duck burguer”, con higos, queso y pato; la “mini burguer” a base de rúcula trufada o el “crujiente patata-berenjena”, donde pequeñas berenjenas blancas cortadas a dados se fríen de forma que su textura crujiente recuerda las patatas y se comen acompañadas de romesco.

Junto al restaurante se encuentra el espacio de la cafetería, pensado tanto para tomar un café o refresco mientras se disfruta de la lectura o de una charla con los amigos como, al mediodía, comer el menú elaborado por el equipo del propio restaurante, compuesto por primer y segundo plato y postres, que varían según los productos de temporada. También hay bocadillos, ensaladas, pastas y, además, un servicio de catering donde se pueden encargar coffee breaks y combinados para llevar.