Los turrones que preparan en la pastelería Uñó de Mataró (Barcelona) son una obra de arte. Y no lo decimos en sentido figurado, porque desde hace 19 años los Uñó convierten el trabajo de un artista local en una pieza comestible. La pastelería, que la familia dirige desde 1967, es una institución de la ciudad y se ha convertido también en una referencia fuera de ella. Y entre sus especialidades, un proyecto único: los turrones de autor.
Han pasado ya 19 años desde que Claudi Uñó –segunda generación del negocio y actual propietario– y su hermana Rosa Mª, comenzaron una iniciativa tan divertida e interesante como efímera: pedir a artistas locales que les crearan una obra de arte para que ellos la convirtieran en turrón.
Para Claudi era una manera de exigirse más como pastelero, a la vez que ofrecía algo diferente a sus clientes. "Al principio era más complicado. Las primeras piezas, basadas en esculturas, eran demasiado realistas. Parecían de cobre y no apetecía comérselas. Cada una de ellas se encarga a principios del verano, para que el autor pueda pensar durante las vacaciones, y en septiembre empezamos a hacer pruebas ".
De entrada, explica el pastelero, los turrones se inspiraban a menudo en esculturas o pinturas, pero con el tiempo la gama se ha ido abriendo hacia otras artes: "Los hemos hecho basándonos en el trabajo de un interiorista y de varios ilustradores. Para mí es un laboratorio para probar técnicas ".
El de este año es una obra de la dibujante Lara Sánchez Guirado, que muestra a una familia a punto de celebrar la comida de Navidad, y que sabe a carquiñolis y anís estrellado. "Así la abuela de la familia puede comerse a sí misma".
El dibujo que refleja la obra, hecho con tinta comestible sobre chocolate blanco, pasará a formar parte de la colección de obras que embellece las paredes de la pastelería. Además, se expone junto a otro de la misma autora en el escaparate central de Uñó. Este escaparate es obra de Rosa Mª Uñó, quien además imparte cursos de diseño de escaparates en el Gremio de Pasteleros de la provincia, y que procura renovar el aspecto del escaparate de la pastelería bastante a menudo.
Si el sabor del turrón de este año tiene éxito volverá a producirse la Navidad que viene, aunque con una tirada limitada. "Cuando comenzamos intentábamos tenerlos todos cada año –comenta Claudio Uñó–, pero ahora ya son demasiado".
Los gustos se inspiran en sugerencias de los artistas –entre pintores y escultores de Mataró han convertido ya en una especie de reconocimiento popular el hecho de ser elegido para diseñar un turrón de autor– o son una creación del propio obrador.
Y la pregunta del millón: ¿no da pena tener que comérselos? "Son como las monas de pascua. Hemos ido viendo que son un objeto de regalo preciado y, como con las monas, parte de la ilusión radica en que son efímeras ". Obras, de hecho, no para ser expuestas en museo si no para degustarlas.
Carrer de la Riera, 84-86
Mataró Barcelona
España