Los orígenes de Alameda están en una finca dedicada a las celebraciones y los eventos que lleva el mismo nombre, donde José Ángel Castro y Evangelía Chalatsakos comenzaron sus primeros pasos en la hostelería. Él, arquitecto. Ella, diseñadora de interiores. Ambos procedentes de familia de hosteleros. Todo esto bastó para que diesen el salto al sector de la restauración, y lo han hecho con mucho éxito y una reputación muy aplaudida en la provincia de Granada.
La calidad de la materia prima, prestando mucha atención a los atributos del producto, es esencial en la filosofía de Alameda. En su propuesta gastronómica trabajan también las brasas y el horno de leña, por lo que la variedad de platos es muy amplia, y todos ellos son contados de una forma muy contemporánea, tanto en la técnica como en las presentaciones. El objetivo es claro: hacer que toda visita vaya más allá de la gastronomía, convirtiéndose en una experiencia.
Carta
La carta de Alameda es muy variada. Desde platos para compartir, verduras y ensaladas, hasta crudos, arroces, pasta fresca, pescados, carnes y pizzas hechas en su horno de leña.
El pase comienza siempre con un surtido de panes con mantequilla: foccacia casera elaborada con masa madre en su horno de leña y pan de cereales y nueces hecho por un productor local de la localidad granadina de Chauchina.
Entre sus recomendados para comenzar con los platos debes probar su milhojas de foie con queso de cabra y cebolla verde caramelizada, con un hojaldre que elaboran ellos mismos en el restaurante. Igualmente, la ensaladilla rusa es otra de las clásicas entradas de esta casa. El punto de la mayonesa combina con las patatas, el atún, la zanahoria y un toque crujiente con las piparras que añaden como decoración.
Otro de sus clásicos es su famosa tortilla melosa de patatas con callos. No puedes irte sin probarla, al igual que su hamburguesa de guiso de rabo de toro con salsa de su propio jugo, un plato que siempre han tenido en la carta con una gran aceptación por parte de su clientela, o la chistorra de Arbizu a las brasas.
En la parte de crudos, uno de los platos estrella de la carta es el steak tartar de solomillo de ternera. Es de los más demandados por los clientes, y no es para menos, ya que ellos siguen haciéndolo al estilo clásico, delante del cliente y al punto de picante que a este le gusta.
Si prefieres las verduras, una opción que no va a fallar son las alcachofas asadas a la leña con yema y trufa y, por supuesto, no puedes dejar de pedir sus espaguetis frescos elaborados en cocina con portobello y prosciutto de Parma DOP, mantecados en una rueda de queso pecorino.
Como platos para terminar puedes hacerlo con un arroz, un pescado o una carne. En la carta de arroces Alameda cuenta con tres variedades: negro con pulpo, con secreto ibérico “Joselito”, setas y alcachofas y el meloso de carabineros. Si lo tuyo es más el pescado, puedes decantarte por salmón ecológico a la parrilla, lubina de estero a la sal o a la parrilla con aceite de ajo y guindilla o por un lomo de bacalao premium frito en salsa de tomate, entre otras opciones. En las carnes, puedes elegir desde Tbone de Simmental, hasta un lomo bajo de vaca rubia gallega madurado durante 40 días, pasando por un pollo picantón asado a la leña o un rabo de toro estofada y deshuesado acompañado con un cremoso de patatas.
La parte de postres también es variada y abundan todo tipo de sabores, desde los cítricos con una piña asada con coco helado, hasta otros más dulces como una torrija acompañada de helado de canela o su famosa tarta de queso.
Con esta propuesta gastronómica tan amplia, Alameda se ha convertido en uno de los lugares de culto gastronómico de Granada. Además, su espíritu innovador y de servicio le han valido ser recomendados por la guía Michelin desde el año 2015 como un espacio que hay que visitar para comer bien en la ciudad de la Alhambra.