No es casualidad que Pere Patuel sea el bisnieto de Dimas, el fundador de uno de los restaurantes más conocidos del frente marítimo de Mataró. “Supongo que esto me viene de origen, mis padres también se dedican al ramo de la restauración, tienen una tienda de comida preparada”, añade Patuel.
Así pues, no lo tuvo muy complicado a la hora de elegir su camino. Pere Patuel estudió en la escuela de cocina Hoffmann, en Barcelona. “Hice las prácticas con Ramón Freixa durante un año y me impliqué al máximo haciendo doce horas diarias, no porque me obligara nadie, sino porque era lo que me gustaba hacer”, confiesa el cocinero.
Después de aquel esfuerzo durante la formación, lo contrataron en el departamento de snacks del restaurante El racó d’en Freixa y llegó a ser jefe de cocina. Aquella etapa acabó cuando todo el equipo recibió la propuesta de trasladarse a Madrid y empezar un proyecto desde cero. El nuevo restaurante, con Patuel al frente de la cocina, ganó dos estrellas Michelin.
Pasados cuatro años, Pere Patuel deja la capital española para volver a su ciudad, Mataró. “Después de este tiempo, dejar mi trabajo en Madrid dónde he conseguido tantos hitos a nivel personal y de trabajo es debido a que me replanteé muchas cosas”, dice el joven cocinero. “Quería hacer realidad mi sueño, abrir La Marineta, mi propio restaurante, que me gustaría que fuera reconocido no por ser un restaurante moderno, sino porque las cosas se hacen bien y con afecto”, afirma Patuel.
Para él, lo que no puede faltar en la cocina es la pasión y el buen humor: “Si no eres feliz en la cocina el plato no saldrá bien, pienso que la cocina va muy ligada al sentimiento”.
El cocinero mataronés quiere introducir un concepto innovador de cocina. “Se trata de un establecimiento de restauración donde se pueden compartir platillos y tapas, supongo que el concepto me viene de Madrid, todo son tapas, platillos, medias raciones...”, dice Pere Patuel.
La idea es que los comensales compartan los platos e incluso los postres. “Hacer el juego de poder venir con la pareja, que compartan lo que comen y tomar los vinos a copas”, dice el cocinero. Además, la originalidad se encuentra también en los platos. Las patatas bravas no son como las de siempre sino que se presentan rellenas con las salsas, según una receta de Freixa. “Queremos hacer la típica tapa de toda la vida y darle un giro, que sea divertida y que visualmente enganche”.
Otras golosinas de las cuales se puede gozar en este restaurante son los llamados langostinos tigres tomando el sol, rebozados con kellog’s y servidos en una madera con pinchos y sombrillas, como si estuvieran en la playa; la falsa ensaladilla rusa, que cada temporada se prepara con diferentes productos, siguiendo la estacionalidad y el denominado “en un caparazón”, que consiste en alcachofas en diferentes texturas, una vieira a la plancha y setas a la papillote, todo servido dentro de la propia concha.
No dejéis tampoco de probar los crujisonsos con mayonesa de wasabi, que se sirven en una papelina o la fresquísima sepia fritita. Y es que el propio Pere es quien va cada mañana al mercado de Cuba y compra todo el que necesita, desde las verduras hasta el pescado, la carne y la pasta. “Aquí mimamos el producto de proximidad y respetamos su estacionalidad”.
La Marineta cuenta también con un menú de mediodía. “Se trata de un menú cerrado, aquí sólo hay un entrante, un pescado, una carne, unos postres y una copa de vino o agua. Es como si fueras a casa de tu madre o tu abuela y te lo tuvieras que comer todo. Con esto doy prioridad a la calidad y ofrezco el producto óptimo al comensal.
Por supuesto, busco un equilibrio dietético: un poco de verdura, legumbres, proteína, un bajo nivel de grasa... Por ejemplo, esta semana el menú consiste en unos falsos espagueti vegetales a la carbonara, un salmón a baja temperatura con diferentes tipos de manzana, una tarrina de ossobuco al horno con trinchado de la Cerdaña y espigalls de col”. Los postres los hace su madre, la Marineta en persona. No os perdáis la “tarta de Santiago”.
Los padres de Pere cuentan con una tienda de comida para llevar, La Vigatana (c/Cataluña 1), con delicias tradicionales como los canelones, las croquetas de todo tipo, incluso de sobrasada, y como novedad reciente, hasta rape con gambas, y langosta. “Esperamos que vengáis a compartir nuestra ilusión y la del gran equipo con el que cuento, Sergi Valverde, Olga Garrido y mis inigualables padres”, nos dice con ojos relucientes Pere.